Para Alicia González, una de las representantes españolas en el Programa de Jóvenes Líderes Iberoamericanos organizado por Banco Santander, el cambio social debe empezar por las universidades.
Graduada en Derecho por la Universidad de Salamanca y especializada en Estudios de Ciencia Política y Derecho Constitucional, Alicia es una joven salmantina a punto de comenzar su doctorado: “Mi intención a medio plazo es dedicarme a la docencia universitaria”. Este año, González formó parte del programa Jóvenes Líderes Iberoamericanos al haber sido seleccionada entre cientos de expedientes académicos de excelencia y haber acreditado sus habilidades sociales entre decenas de candidaturas.
Muy consciente del grupo generacional al que pertenece -los llamados centennials– tiene claros que sus objetivos pasan por el colectivo. “Es necesario revisar las conductas y los procesos democráticos actuales, nuestra generación tiene que liderar el cambio, y para eso, la educación es clave”. Alicia defiende que nuestro actual modelo universitario está obsoleto -al igual que los sistemas imperantes de participación ciudadana- y que para sobrevivir, deberá adecuarse a los nuevos tiempos.
El programa de Jóvenes Líderes Iberoamericanos, impulsado por Banco Santander a través de Santander Universidades de la mano de la Fundación Carolina, lleva 15 años favoreciendo que jóvenes universitarios con mucho talento, seleccionados entre candidaturas provenientes de más de 300 universidades públicas y privadas de toda Iberoamérica, compartan su visión del mundo en unas jornadas cargadas de ideas frescas, vitalidad y profesionales interesantes con la idea de mejorar la sociedad en la que viven.
Prueba de esta energía la encontramos nada más preguntar a Alicia por el cambio de actitud y modelo que tan a capa y espada defiende para la formación superior: “Hasta ahora la Universidad se ceñía a un sistema muy tradicional, a las clases magistrales. Creo que es necesario potenciar otras habilidades importantes como la oratoria, la persuasión, la empatía o la capacidad de comprender el pluralismo”.
No es la única que opina de este modo. Junto a ella, se forma un corrillo de jóvenes procedentes de múltiples nacionalidades. “La universidad tiene que cambiar, debe adecuarse a los nuevos tiempos, enseñarnos a debatir, a comprender diferentes puntos de vista”, opina otro de los jóvenes, que aunque no comparte con Alicia nacionalidad ni procedencia, ve en sus demandas algo extensible a México, su país de origen. Este intercambio constante de opiniones es habitual en el programa: a lo largo de sus quince años de existencia, han participado en el congreso más de 650 jóvenes procedentes de todos los países latinoamericanos, España y Portugal.
Durante dos semanas con una intensísima agenda, Alicia, junto con el resto de los participantes, es protagonista de conferencias, encuentros y visitas que le hacen ser testigo de la realidad social y política española y europea. Después de eso, esta jovencísima promesa va a pasar a formar parte de un grupo de investigación que en la Universidad de Sevilla trabaja para analizar la participación política y la democracia en la sociedad actual.