La cordobesa Milena Castellarin desarrolla iniciativas artísticas que tratan de ofrecer escenarios creativos para distintos centros sanitarios.
 


Como norma general, entendemos los hospitales y centros de salud como lugares más bien herméticos, en los que las iniciativas y proyectos ajenos al mundo sanitario tienen poca cabida. No obstante, cada vez son más las ideas que tratan de derrumbar el muro que separa al personal sanitario y a los pacientes de las actividades de otro ámbito.

Conocedora de este hecho, y antes de decidirse a convertir los hospitales y centros sanitarios argentinos en lugares más amables y creativos, Milena Castellarin se licenció por partida doble. En primer lugar, estudió Bellas Artes. Posteriormente, se graduó en magisterio, lo cual le llevó a ejercer como profesora en su país natal. “Todo lo que estudias y aquello en lo que trabajas te aporta, pero si algo me ha motivado a lo largo de estos años ha sido la aplicación social y sanitaria de las disciplinas artísticas”.

Esta cordobesa -que ya ha desarrollado diferentes iniciativas creativas en el ámbito del arte social- fue una de las seleccionadas para formar parte del programa Jóvenes Líderes Iberoamericanos del pasado año. La iniciativa, impulsada por Banco Santander y la Fundación Carolina, permitió que un gran número de jóvenes provenientes de España, Portugal y toda Iberoamérica compartiesen experiencias, proyectos e ideas, en el marco de unas jornadas cargadas de visitas oficiales, círculos de trabajo y reuniones de toda índole. “Compartir con el resto de compañeros seleccionados y aprender de ellos, incluso debatir sobre temas que a priori no esperabas encontrar en tu camino, es muy enriquecedor”.

“En Argentina trabajo con personas con diferentes carencias cognitivas, colaborando con diferentes ONGs y en proyectos muy distintos. He desarrollado proyectos artísticos con los pacientes, con los internos, y es muy gratificante. Ves que para ellos es útil”. Gracias a sus iniciativas, Milena ha desempeñado sus tareas artísticas y organizado talleres de todo tipo en centros de tercera edad, ha trabajado con personas con alzhéimer y ha contribuido a decorar y llenar de color, entre otras cosas, el espacio físico de un centro de pediatría: “Es importante trabajar para humanizar los espacios, para los pacientes, en este caso niños, o para el personal. Es algo fundamental para mejorar la convivencia en hospitales y clínicas”.

Pese a que a menudo no encuentra el apoyo y la colaboración necesaria por parte de las instituciones por tener que enfrentarse a espacios muy herméticos, Castellarin está convencida de que el arte es un método eficaz de convertir los hospitales en lugares más humanos y creativos, por lo que, aún a día de hoy, confía en impulsar sus objetivos multiplicando sus herramientas y a través del emprendimiento. “A veces se habla mucho de avanzar y se olvida uno del recorrido, pero me parece que es bueno ser consciente de lo vivido para poder ir hacia adelante”.