La plataforma Vega Viva, impulsada por la canaria Cristina Calero, fue una de las iniciativas finalistas del último programa Explorer para jóvenes emprendedores, de Banco Santander.


Cristina Calero es la principal impulsora de Vega Viva; un proyecto disruptivo nacido en la ciudad canaria de Arrecife y que pretende cambiar el concepto de pertenencia a una localidad que tenemos en la actualidad. Esta joven, seleccionada por Banco Santander como finalista del proyecto Explorer para jóvenes emprendedores en la última edición, está convencida de lo importante que será en un futuro la participación ciudadana en la toma de decisiones de comunidades, ayuntamientos y gobiernos municipales.

Para lograrlo, la herramienta de Calero es capaz de elaborar mapas e informes de redes colaborativas encuestando a los vecinos de una comunidad e invitándoles a sugerir mejoras y propuestas de cambio para el municipio. “Queremos que la gente se vuelva a enamorar de sus barrios, que sean capaces de proponer mejoras y de adaptarlos a sus necesidades”. El objetivo actual es el de disponer de un banco de datos acerca de las necesidades y peticiones de los vecinos para brindar al usuario una plataforma de interacción y gestión de su entorno: “Intentamos generar un mapa de necesidades de una ciudad y, con ello, generamos también las soluciones. Además, es muy sencillo, cualquier persona puede participar en Vega Viva”.

“Abarcamos todo. Desde movilidad, urbanismo, paisajismo… Luego analizamos ese pool de datos y los vamos redirigiendo en función de las tareas concretas que queramos conseguir en cada determinado espacio”, comentaba Calero nada más salir de una conferencia en el distrito financiero de San Francisco. Como finalista de la iniciativa Explorer, Cristina pudo compartir hace unos meses con cincuenta jóvenes emprendedores de toda España la experiencia de visitar y conocer el corazón de Silicon Valley, la meca internacional de la innovación tecnológica. Allí pudo, además de asistir a conferencias en las oficinas de Facebook, Google o Airbnb, compartir sus conocimientos con el resto de finalistas. “Intercambiar ideas y opiniones y conocer las realidades del resto de proyectos ha sido muy enriquecedor, una experiencia estupenda”.

La participación ciudadana y el uso de herramientas colaborativas que intentan mejorar la convivencia urbana es uno de los focos de trabajo de mayor auge entre los emprendedores sociales de todo el mundo. Cristina es consciente de ello, y subraya que, por encima de las aplicaciones y de las herramientas tecnológicas, lo importante para lograr un progreso significativo en esta materia es “el sentimiento de pertenencia”. Precisamente por ello, busca que los habitantes de cualquier localidad se impliquen, con independencia de su edad, su sexo o su nivel socioeconómico, en la gestión y mejora de los espacios públicos.

Actualmente, la plataforma -que está en plena expansión- colabora con el cabildo de la isla de Lanzarote. “La colaboración con las entidades públicas es esencial para la aplicación de todas las propuestas que salen de la plataforma”. Vega Viva es un laboratorio de ideas que pretende mejorar el uso y la vida diaria que hacemos todos en nuestros barrios. Pero la idea, pese a tener un claro componente tecnológico, pretende que la interacción humana y el diálogo ciudadano sean las herramientas capaces de incrementar el desarrollo urbano de las ciudades. “Además de la recogida de datos, tiene que haber una actividad que promueva una mejora en los entornos urbanos”.

La iniciativa es, por tanto, un ejemplo más de que a los jóvenes les interesan más que nunca las aplicaciones sociales de la tecnología, y que, empezando por sus municipios, ya están empleando las herramientas que esta les brinda para tratar de transformar el paradigma urbano de su comunidad.