América Latina y Caribe pueden impulsar el crecimiento económico de forma estructural reduciendo los niveles de delincuencia e inseguridad
El Fondo Monetario Internacional (FMI) analiza los efectos negativos de los elevados índices de delincuencia en América Latina y Caribe (ALC) sobre la productividad, la acumulación de capital y el crecimiento económico. En su opinión, una estrategia más eficiente en la lucha contra la delincuencia en la región podría afianzar significativamente el crecimiento económico y liberar recursos públicos que puedan utilizarse en otras prioridades públicas. Según sus estimaciones, reducir el nivel de delincuencia en América Latina al nivel del promedio mundial incrementaría el crecimiento económico anual de la región en 0,5 puntos porcentuales.
Aspectos destacados del informe:
- La inseguridad asociada a la delincuencia y a la violencia afecta al crecimiento económico, además de generar enormes costes sociales y poner en riesgo la solidez del Estado de Derecho: Según el FMI la delincuencia entorpece la acumulación de capital, porque aleja inversiones hacia otros destinos más seguros con menores niveles de robo y violencia, y disminuye la productividad, dado que tiende a desviar recursos hacia inversiones menos productivas, como por ejemplo la seguridad de las viviendas o el orden público.
- Estudios previos del FMI estimaban que un aumento del 30% en las tasas de homicidio en ALC (equivalente a una desviación estándar histórica) reducían el crecimiento económico en 0,14 puntos porcentuales.
- Reducir la violencia y las tasas de delincuencia de América Latina al nivel del promedio mundial, estimularía considerablemente el crecimiento económico: Sería muy positivo que los gobiernos de la región adoptaran estrategias más eficaces para combatir la delincuencia, teniendo en cuenta que los niveles de gasto en orden público y seguridad como porcentaje del PIB ya son elevados.
- Según el informe, reducir el nivel de delincuencia en América Latina al nivel del promedio mundial incrementaría el crecimiento económico anual de la región en 0,5 puntos porcentuales, lo que equivale a aproximadamente un tercio del crecimiento registrado en América Latina entre 2017 y 2019. Racionalizar el gasto en seguridad y hacerlo más eficiente permitiría además de atraer más inversiones destinar recursos públicos para otras prioridades de gasto.