La OCDE publicó un informe sobre la confianza en el gobierno y las instituciones públicas en el que muestran los principales hallazgos de una encuesta a más de 50.000 personas de 22 países de la OCDE. La "Encuesta de confianza" mide el comportamiento relativo de los gobiernos a través de cinco indicadores de confianza: fiabilidad, capacidad de respuesta, integridad, apertura y equidad. Según la OCDE, medir y comprender mejor lo que impulsa la confianza de las personas en las instituciones públicas es una parte crucial para reforzar la democracia.
Conclusiones clave:
1. Los países de la OCDE, de media, obtienen una valoración razonable de su actividad en muchos indicadores de confianza como son la fiabilidad en su gestión, la prestación de servicios y la gestión de datos. Por ejemplo, la mayoría de las personas, en la mayoría de los países, están satisfechas con la sanidad y la educación y solo un tercio está preocupado porque su gobierno no esté preparado para una futura pandemia.
2. Polarización política: los niveles de confianza disminuyeron en 2021 (aunque siguen siendo ligeramente más altos que después de la crisis económica de 2008) a medida que los países luchan por salir de la mayor crisis económica, social y de salud en décadas. Hoy en día es poco probable que los que no votaron por el gobierno en funciones confíen en él. En todos los países existe la sensación de que el sistema democrático está funcionando bien para algunos, pero no lo suficientemente bien para todos.
3. Los gobiernos podrían responder mejor a las preocupaciones de los ciudadanos en algunas áreas que son clave para mejorar la confianza en el gobierno y las instituciones públicas, reforzando así la democracia:
Filtrar resultados
Según Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, para impulsar el crecimiento se necesitan tres cosas: mejorar la regulación para dinamizar la iniciativa privada, profundizar la integración regional y prepararse para aprovechar el potencial de la IA.
Según The European House–Ambrosetti, la UE tiene una oportunidad de impulsar competitividad y crecimiento a través de la simplificación normativa y supervisora, sobre todo en materia de sostenibilidad y en el sector financiero.
Según Ramón Casilda Béjar, España, en el complejo panorama geopolítico actual, tiene la oportunidad de fortalecer su rol como puente entre Iberoamérica y la UE, revitalizando inversiones en las dos direcciones.
Según el @ECB, en episodios de crisis, se recurre al efectivo como reserva de valor fiable y medio de pago resiliente, lo que resalta su papel crucial más allá de su relevancia en las transacciones diarias de pagos.
Según Juan S. Mora-Sanguinetti, en España un aumento del 10% en el volumen de regulación provoca una caída del 0,5% en el empleo de las empresas con menos de 10 trabajadores.
Según Hélène Rey: “En un mundo donde las stablecoins, en particular aquellas vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta de pago global importante, debemos prepararnos para consecuencias de gran alcance”.
@judith_arnal propone reformas para que la UE avance en la simplificación regulatoria, empezando por consensuar qué significa, con la competitividad como pilar, además de mecanismos de coordinación y un rediseño de la gobernanza.
Según @iee_org, España es uno de los entornos fiscales más exigentes para las empresas dentro del contexto europeo e internacional, lo que puede tener implicaciones relevantes en competitividad, atracción de inversión extranjera y expansión.
Según Christine Lagarde, para que el euro gane en relevancia internacional, Europa debe dar pasos decisivos completando el mercado único, reduciendo las cargas regulatorias y construyendo una sólida unión de los mercados de capitales.
Según el Banco de España, en un contexto de fuerte crecimiento de transacciones y precios, las condiciones en las que se otorgan las operaciones hipotecarias nuevas no muestran de momento señales de relajación en los estándares de concesión de préstamos.
Según McKinsey el capital privado europeo es la mitad que el de EE.UU. y será clave para impulsar la competitividad de la UE, fomentando la innovación, la escala empresarial y movilizando la inversión necesaria para cerrar la brecha con otras regiones.
Según el FMI los riesgos para la estabilidad financiera global han aumentado significativamente, impulsados por el endurecimiento de las condiciones financieras y una mayor incertidumbre comercial y geopolítica.