El informe “New Digital Domain”, publicado por el IE Centre for the Governance of Change, analiza las implicaciones y retos de la transformación digital desde múltiples ámbitos, proponiendo una serie de recomendaciones para la gobernanza económica y global e identificando oportunidades para mejorar el contrato social en la era digital.
El informe repasa las principales tendencias tecnológicas que se estaban gestando antes de la pandemia y que se manifestaban en ámbitos muy diversos, desde cambios de poder económico y geopolítico hasta la redefinición de la privacidad o la necesidad de un nuevo contrato social, políticas y normas.
Según sus autores, Oscar Jonsson, Ulrico E. Campanella y Taylor Owen, las cuestiones sobre gobernanza digital serán fundamentales para reconstruir el futuro post-pandemia, especialmente si tenemos en cuenta que hasta ahora “durante demasiado tiempo, sobre demasiados problemas, la gobernanza de la tecnología se ha dejado únicamente a quienes la diseñan”.
Entre las principales propuestas y conclusiones del documento, destacan las siguientes:
Si no se abordan estos desafíos, los autores creen que las tensiones sociales domésticas e internacionales podrían exacerbarse, más aún si se tiene en cuenta que los gobiernos saldrán de la pandemia con niveles históricos de deuda, mientras que las empresas digitales habrán capturado la mayor parte del crecimiento, permaneciendo en gran parte libres de impuestos.
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Según la OCDE, las pymes y start-ups que crecen rápidamente contribuyen decisivamente a la creación de empleo, el crecimiento económico y la competitividad. Las de alto crecimiento (un tercio en tres años) generan tanto empleo como las grandes empresas.
Según @McKinsey, los bancos deben prepararse para una nueva curva de crecimiento. La precisión estratégica —combinar tecnología, disciplina de capital y conocimiento profundo del cliente— distinguirá a los líderes de los rezagados.
Según Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, para impulsar el crecimiento se necesitan tres cosas: mejorar la regulación para dinamizar la iniciativa privada, profundizar la integración regional y prepararse para aprovechar el potencial de la IA.
Según The European House–Ambrosetti, la UE tiene una oportunidad de impulsar competitividad y crecimiento a través de la simplificación normativa y supervisora, sobre todo en materia de sostenibilidad y en el sector financiero.
Según Ramón Casilda Béjar, España, en el complejo panorama geopolítico actual, tiene la oportunidad de fortalecer su rol como puente entre Iberoamérica y la UE, revitalizando inversiones en las dos direcciones.
Según el @ECB, en episodios de crisis, se recurre al efectivo como reserva de valor fiable y medio de pago resiliente, lo que resalta su papel crucial más allá de su relevancia en las transacciones diarias de pagos.
Según Juan S. Mora-Sanguinetti, en España un aumento del 10% en el volumen de regulación provoca una caída del 0,5% en el empleo de las empresas con menos de 10 trabajadores.
Según Hélène Rey: “En un mundo donde las stablecoins, en particular aquellas vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta de pago global importante, debemos prepararnos para consecuencias de gran alcance”.
@judith_arnal propone reformas para que la UE avance en la simplificación regulatoria, empezando por consensuar qué significa, con la competitividad como pilar, además de mecanismos de coordinación y un rediseño de la gobernanza.
Según @iee_org, España es uno de los entornos fiscales más exigentes para las empresas dentro del contexto europeo e internacional, lo que puede tener implicaciones relevantes en competitividad, atracción de inversión extranjera y expansión.
Según Christine Lagarde, para que el euro gane en relevancia internacional, Europa debe dar pasos decisivos completando el mercado único, reduciendo las cargas regulatorias y construyendo una sólida unión de los mercados de capitales.
Según el Banco de España, en un contexto de fuerte crecimiento de transacciones y precios, las condiciones en las que se otorgan las operaciones hipotecarias nuevas no muestran de momento señales de relajación en los estándares de concesión de préstamos.