Discurso de Christine Lagarde, presidenta del BCE, describiendo el modelo económico europeo que combina progreso tecnológico, crecimiento económico y protección social y cómo este modelo, único en el mundo, estaría bajo presión debido a un entorno geopolítico cambiante, y a una pérdida de liderazgo en términos de productividad económica y tecnología. Algunas de las soluciones que presenta están alineadas con las recomendaciones de Draghi y pasarían por avanzar hacia una mayor integración del mercado único europeo. No adaptarse al nuevo entorno y recuperar la competitividad y la innovación tecnológica de la región pondría en riesgo este modelo.
El modelo económico europeo está bajo presión: el nivel de gasto público social en muchas economías europeas es superior a la media de otras economías avanzadas. Hoy en día, casi nueve de cada diez ciudadanos consideran importante una Europa social. Pero hay dos megatendencias que desafían este modelo:
Mayor integración del mercado único, intereses compartidos y esfuerzos comunes para hacer frente a los crecientes gastos futuros: para aumentar la productividad, Europa necesita reforzar la unión del mercado único, compartiendo intereses comunes (defensa y transición verde) y aunando recursos para ser eficiente en la gestión del gasto público. Según el BCE, las barreras comerciales que aún existen dentro de la UE restan alrededor del 10% a nuestro potencial económico. Si Europa no puede aumentar la productividad, habrá menos recursos para el gasto social, las capacidades de defensa y la transición verde y digital de la economía.
Si Europa fracasa, habrá que tomar algunas decisiones difíciles entre ajustar el modelo social, cumplir con las ambiciones climáticas y desempeñar un papel de liderazgo en los asuntos globales, una conclusión en línea con el informe de Draghi sobre el futuro de la competitividad europea.
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Según Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, para impulsar el crecimiento se necesitan tres cosas: mejorar la regulación para dinamizar la iniciativa privada, profundizar la integración regional y prepararse para aprovechar el potencial de la IA.
Según The European House–Ambrosetti, la UE tiene una oportunidad de impulsar competitividad y crecimiento a través de la simplificación normativa y supervisora, sobre todo en materia de sostenibilidad y en el sector financiero.
Según Ramón Casilda Béjar, España, en el complejo panorama geopolítico actual, tiene la oportunidad de fortalecer su rol como puente entre Iberoamérica y la UE, revitalizando inversiones en las dos direcciones.
Según el @ECB, en episodios de crisis, se recurre al efectivo como reserva de valor fiable y medio de pago resiliente, lo que resalta su papel crucial más allá de su relevancia en las transacciones diarias de pagos.
Según Juan S. Mora-Sanguinetti, en España un aumento del 10% en el volumen de regulación provoca una caída del 0,5% en el empleo de las empresas con menos de 10 trabajadores.
Según Hélène Rey: “En un mundo donde las stablecoins, en particular aquellas vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta de pago global importante, debemos prepararnos para consecuencias de gran alcance”.
@judith_arnal propone reformas para que la UE avance en la simplificación regulatoria, empezando por consensuar qué significa, con la competitividad como pilar, además de mecanismos de coordinación y un rediseño de la gobernanza.
Según @iee_org, España es uno de los entornos fiscales más exigentes para las empresas dentro del contexto europeo e internacional, lo que puede tener implicaciones relevantes en competitividad, atracción de inversión extranjera y expansión.
Según Christine Lagarde, para que el euro gane en relevancia internacional, Europa debe dar pasos decisivos completando el mercado único, reduciendo las cargas regulatorias y construyendo una sólida unión de los mercados de capitales.
Según el Banco de España, en un contexto de fuerte crecimiento de transacciones y precios, las condiciones en las que se otorgan las operaciones hipotecarias nuevas no muestran de momento señales de relajación en los estándares de concesión de préstamos.
Según McKinsey el capital privado europeo es la mitad que el de EE.UU. y será clave para impulsar la competitividad de la UE, fomentando la innovación, la escala empresarial y movilizando la inversión necesaria para cerrar la brecha con otras regiones.
Según el FMI los riesgos para la estabilidad financiera global han aumentado significativamente, impulsados por el endurecimiento de las condiciones financieras y una mayor incertidumbre comercial y geopolítica.