España: Fortaleza del sector bancario en una economía resiliente con desafíos estructurales
El Informe de Estabilidad Financiera - Primavera 2025 del Banco de España (BdE) ofrece una radiografía completa de la economía y el sector financiero. El diagnóstico general es positivo: hogares, empresas y bancos han reforzado sus posiciones financieras, mostrando una evolución favorable en un entorno aún complejo. No obstante, el informe advierte de que persisten importantes focos de vulnerabilidad. Los principales riesgos para la estabilidad financiera se concentran en cuatro frentes: el creciente deterioro del contexto geopolítico internacional, la posibilidad de correcciones bruscas en los mercados financieros, los riesgos macroeconómicos ligados a un entorno de elevada incertidumbre, y la creciente relevancia de los ciberriesgos como potencial desencadenante de episodios de inestabilidad. En esta ocasión, el informe analiza el nuevo impuesto al sector bancario, reiterando la opinión ya expresada por el Banco Central Europeo (BCE) en su dictamen de 2024, según la cual, su aplicación puede reducir la capacidad de resistencia del sector bancario frente a perturbaciones, y podría conllevar efectos económicos adversos al limitar la capacidad de las entidades para conceder crédito y contribuir potencialmente a unas condiciones financieras menos favorables para los clientes.
Aspectos destacados del Informe de Estabilidad Financiera - Primavera 2025:
- Fortaleza en el sector privado: La situación financiera de los hogares y las empresas no financieras ha mejorado, con niveles históricamente bajos de endeudamiento y una reducción en la carga de intereses gracias a la relajación monetaria en la eurozona.
- Vulnerabilidad del sector público: Las Administraciones Públicas mantienen una situación financiera más vulnerable, con un endeudamiento aún elevado (101,8 % del PIB) y un déficit que se reduce lentamente. El entorno fiscal condiciona la capacidad de respuesta ante futuras perturbaciones.
- Sólida posición bancaria: El sector bancario presenta una rentabilidad robusta (ROE del 14,1 %) y buenos niveles de solvencia (CET1 del 13,5 %). Se confirma también un mayor dinamismo del crédito al sector privado y una mejora de la calidad crediticia, con caídas en las ratios de dudosos y vigilancia especial.
- Mercado inmobiliario: Aunque los precios reales siguen al alza, por la fortaleza de la demanda en relación con la oferta, los indicadores de desequilibrio permanecen en niveles moderados. Las condiciones en las que se otorgan las operaciones hipotecarias nuevas no muestran de momento señales de relajación en los · estándares de concesión. El saldo de crédito destinado a la compra de vivienda creció en España en 2024 un 0,5% en términos interanuales, mientras que el flujo de crédito para nuevas operaciones hipotecarias sobre vivienda creció un 34,6%.
- Aumento de riesgos globales: El informe destaca las tensiones comerciales, la elevada valoración de activos financieros con riesgo y la incertidumbre geopolítica como principales amenazas para la estabilidad financiera. Los ciberriesgos cobran mayor relevancia como foco sistémico potencial.
- Política macroprudencial más activa: El BdE confirma que, si se mantiene el nivel actual de riesgos cíclicos, el colchón de capital anticíclico subirá al 1 % en octubre de 2026. Además, prepara un marco para imponer límites estructurales a los estándares de concesión de crédito.
- Impuesto a la banca: El BdE comparte las conclusiones y recomendaciones del dictamen del BCE de 2024:
- Su imposición puede reducir la capacidad de resistencia del sector bancario frente a perturbaciones, y podría conllevar efectos económicos adversos al limitar la capacidad de las entidades de conceder crédito y contribuir potencialmente a unas condiciones menos favorables para los clientes de los préstamos y otros servicios;
- El mecanismo de deducción extraordinaria basado en la rentabilidad mitiga los posibles efectos negativos del impuesto. Sin embargo, esa mitigación solo se produce en circunstancias de rentabilidad negativa o baja, y de modo parcial en este último caso, por lo que no se evita completamente que el impuesto disminuya la capacidad de las entidades de acumular capital en estas circunstancias.
- Además, en períodos de alta rentabilidad, la deducción no sería de aplicación y, por tanto, el impuesto limitaría la capacidad de acumular capital de forma preventiva frente a futuras perturbaciones;
- Al igual que otros impuestos de este tipo establecidos por otras autoridades nacionales de la UE, puede dar lugar a la fragmentación del sistema financiero europeo y menoscabar la igualdad de condiciones en la unión bancaria. Además, la aplicación de una escala progresiva puede producir asimetrías competitivas en función del tamaño de las entidades.