El informe “Global Banking Annual Review 2020” elaborado por McKinsey ofrece un análisis en profundidad de las implicaciones de la crisis de covid-19 para el sector bancario, tanto en su modelo de negocio como en su estrategia. Además, proporciona un conjunto de recomendaciones al sector para superar con éxito esta crisis a largo plazo.
La rentabilidad del sector bancario a nivel mundial tocará fondo en 2021, sin embargo, "en casi en todos los escenarios de covid-19, la gran mayoría de los bancos deberían sobrevivir y la mayoría de ellos podría recuperar su RoE de 2019 en cinco años".
La industria está "suficientemente capitalizada para resistir el impacto". En promedio, el nivel de capital (CET1) del sector bancario mundial se situará en el 12,1% en 2024 (desde el 12,5% en 2019), y alcanzará su nivel mínimo del 10,9% en 2021. Siguiendo con sus estimaciones, McKinsey cree que “un 3% de los bancos, que representan alrededor del 0,6% del capital bancario a nivel mundial, tienen una probabilidad mayor del 50% de situarse por debajo de los niveles mínimos de capital regulatorio", lo que cuestionaría su viabilidad.
Las mejoras en productividad y en la gestión del capital serán imprescindibles para el éxito a largo plazo y no solo para sobrevivir. En este sentido, el informe señala varios imperativos para los bancos:
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Según la OCDE, las pymes y start-ups que crecen rápidamente contribuyen decisivamente a la creación de empleo, el crecimiento económico y la competitividad. Las de alto crecimiento (un tercio en tres años) generan tanto empleo como las grandes empresas.
Según @McKinsey, los bancos deben prepararse para una nueva curva de crecimiento. La precisión estratégica —combinar tecnología, disciplina de capital y conocimiento profundo del cliente— distinguirá a los líderes de los rezagados.
Según Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, para impulsar el crecimiento se necesitan tres cosas: mejorar la regulación para dinamizar la iniciativa privada, profundizar la integración regional y prepararse para aprovechar el potencial de la IA.
Según The European House–Ambrosetti, la UE tiene una oportunidad de impulsar competitividad y crecimiento a través de la simplificación normativa y supervisora, sobre todo en materia de sostenibilidad y en el sector financiero.
Según Ramón Casilda Béjar, España, en el complejo panorama geopolítico actual, tiene la oportunidad de fortalecer su rol como puente entre Iberoamérica y la UE, revitalizando inversiones en las dos direcciones.
Según el @ECB, en episodios de crisis, se recurre al efectivo como reserva de valor fiable y medio de pago resiliente, lo que resalta su papel crucial más allá de su relevancia en las transacciones diarias de pagos.
Según Juan S. Mora-Sanguinetti, en España un aumento del 10% en el volumen de regulación provoca una caída del 0,5% en el empleo de las empresas con menos de 10 trabajadores.
Según Hélène Rey: “En un mundo donde las stablecoins, en particular aquellas vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta de pago global importante, debemos prepararnos para consecuencias de gran alcance”.
@judith_arnal propone reformas para que la UE avance en la simplificación regulatoria, empezando por consensuar qué significa, con la competitividad como pilar, además de mecanismos de coordinación y un rediseño de la gobernanza.
Según @iee_org, España es uno de los entornos fiscales más exigentes para las empresas dentro del contexto europeo e internacional, lo que puede tener implicaciones relevantes en competitividad, atracción de inversión extranjera y expansión.
Según Christine Lagarde, para que el euro gane en relevancia internacional, Europa debe dar pasos decisivos completando el mercado único, reduciendo las cargas regulatorias y construyendo una sólida unión de los mercados de capitales.
Según el Banco de España, en un contexto de fuerte crecimiento de transacciones y precios, las condiciones en las que se otorgan las operaciones hipotecarias nuevas no muestran de momento señales de relajación en los estándares de concesión de préstamos.