Según el informe “Embedding financial competitiveness as a regulatory objective to boost Europe’s productivity”, elaborado por CEPS, ECRI y Deloitte, la UE necesita un sistema financiero más competitivo para reducir su brecha de productividad, especialmente en comparación con Estados Unidos. La economía de la UE no alcanzará su potencial de crecimiento sin un sistema financiero más competitivo, capaz de movilizar capital hacia la innovación, la digitalización y las transiciones verde y tecnológica. Una de las aportaciones centrales del informe, es la llamada a que Europa integre formalmente la competitividad en los mandatos regulatorios, las prácticas supervisoras y los mecanismos de rendición de cuentas. El informe propone adicionalmente un marco detallado de medición de la competitividad del sector financiero y un conjunto de recomendaciones orientadas a reforzar la capacidad de este para impulsar la productividad en la UE.
Principales conclusiones del informe:
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Según un informe reciente publicado por CEPS, los reguladores financieros europeos deberían adoptar la competitividad como un objetivo secundario formal, siguiendo el precedente establecido por la Financial Services and Markets Act de 2023 en Reino Unido.
Según la OCDE, las pymes y start-ups que crecen rápidamente contribuyen decisivamente a la creación de empleo, el crecimiento económico y la competitividad. Las de alto crecimiento (un tercio en tres años) generan tanto empleo como las grandes empresas.
Según @McKinsey, los bancos deben prepararse para una nueva curva de crecimiento. La precisión estratégica —combinar tecnología, disciplina de capital y conocimiento profundo del cliente— distinguirá a los líderes de los rezagados.
Según Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, para impulsar el crecimiento se necesitan tres cosas: mejorar la regulación para dinamizar la iniciativa privada, profundizar la integración regional y prepararse para aprovechar el potencial de la IA.
Según The European House–Ambrosetti, la UE tiene una oportunidad de impulsar competitividad y crecimiento a través de la simplificación normativa y supervisora, sobre todo en materia de sostenibilidad y en el sector financiero.
Según Ramón Casilda Béjar, España, en el complejo panorama geopolítico actual, tiene la oportunidad de fortalecer su rol como puente entre Iberoamérica y la UE, revitalizando inversiones en las dos direcciones.
Según el @ECB, en episodios de crisis, se recurre al efectivo como reserva de valor fiable y medio de pago resiliente, lo que resalta su papel crucial más allá de su relevancia en las transacciones diarias de pagos.
Según Juan S. Mora-Sanguinetti, en España un aumento del 10% en el volumen de regulación provoca una caída del 0,5% en el empleo de las empresas con menos de 10 trabajadores.
Según Hélène Rey: “En un mundo donde las stablecoins, en particular aquellas vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta de pago global importante, debemos prepararnos para consecuencias de gran alcance”.
@judith_arnal propone reformas para que la UE avance en la simplificación regulatoria, empezando por consensuar qué significa, con la competitividad como pilar, además de mecanismos de coordinación y un rediseño de la gobernanza.
Según @iee_org, España es uno de los entornos fiscales más exigentes para las empresas dentro del contexto europeo e internacional, lo que puede tener implicaciones relevantes en competitividad, atracción de inversión extranjera y expansión.
Según Christine Lagarde, para que el euro gane en relevancia internacional, Europa debe dar pasos decisivos completando el mercado único, reduciendo las cargas regulatorias y construyendo una sólida unión de los mercados de capitales.