Esta iniciativa, una vez más, trata de destacar que es posible desarrollar la actividad del ser humano sin causar tanto impacto en el medio ambiente. En este sentido, Grupo Santander está firmemente comprometido a contribuir a la protección del medio ambiente con la reducción de su propia huella ambiental.
En 2016, Santander lanzó el plan de eficiencia 2016-2018, que ha desarrollado más de 250 iniciativas con una inversión de 69,8 millones de euros, centrándose fundamentalmente en el ahorro de energía, el ahorro de materias primas, la reducción de residuos, la reducción de emisiones y la sensibilización de los empleados.
Desde 2001, el banco ha estado midiendo su huella ambiental, cuantificando el consumo de energía, los residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero. Desde 2011, ha implementado diversos planes de eficiencia energética y sostenibilidad para garantizar que su impacto ambiental sea el menor posible.
De cara al futuro, Santander reafirma su compromiso con el medio ambiente y continuará estableciendo objetivos más ambiciosos que ayudarán a reducir su consumo, generación de residuos y emisiones en su actividad de negocio. Para ello, el Grupo implantará un nuevo plan de eficiencia energética y sostenibilidad para el periodo 2019-2021.
Para Santander, medir, gestionar y reducir su impacto ambiental es un requisito esencial, no solo para cumplir con los requerimientos legales, sino para obtener la confianza de sus grupos de interés y llevar a cabo un crecimiento que financie energías renovables y apoye el desarrollo de infraestructuras inteligentes, así como nuevas tecnologías agrarias y productivas más eficientes y sostenibles. De esta forma, el banco contribuirá a alcanzar una economía baja en carbono.