La Competitividad en la UE: las acciones hablan más fuerte que las palabras

EE.UU. representa
42,9% de $106 billones

de la capitalización de mercado global en 2023

EE.UU. representa
42,9% de $106 billones

de la capitalización de mercado global en 2023

"El marco regulatorio actual está excesivamente sesgado hacia la protección de la estabilidad financiera"

José Antonio Álvarez, Vicepresidente del consejo de administración de Santander

Un nuevo año comienza, pero la sensación es el inicio de una nueva era geopolítica: el mundo sigue evolucionando a una velocidad deslumbrante. En este sentido, Europa enfrenta un desafío urgente para cambiar su trayectoria: necesitamos arreglar el estado de la competitividad de la UE. Me alegra que los líderes de la UE reconozcan la importancia de la tarea y que esto no puede ser como de costumbre. Si miramos dónde estamos ahora, aparecen muchos ejemplos. Tomemos la lista de las 20 principales empresas globales por capitalización de mercado, apenas encontramos campeones europeos. En términos de tamaño de mercado, los mercados de valores de EE. UU. son los más grandes del mundo y continúan siendo de los más profundos, líquidos y eficientes, representando el 42.9% de la capitalización de mercado global de $106 billones en 2023. Esto es 4,1 veces el siguiente mercado más grande, China, seguido por Europa.

Entonces, ¿cómo pulsamos el botón de arranque?

Primero, mirando la distribución del poder entre las instituciones europeas y los Estados miembros. Necesitamos ser más ambiciosos sobre la integración política y económica de la UE si realmente queremos avanzar hacia un mercado único. Los Estados miembros deberían ceder competencias a las instituciones de la UE en áreas como defensa, migración, energía o infraestructuras de movilidad. Todo lo necesario para asegurar la libre circulación de bienes y personas. Hemos llegado a un punto donde no avanzar en la integración está dejando a la UE atrás frente a otras áreas más integradas, que pueden aprovechar al máximo sus economías de escala. Si renunciamos a escalar soluciones europeas, estamos renunciando a estar en la carrera por la competitividad.

Segundo, cambiar nuestra política fiscal. Mientras no tengamos algún tipo de unión fiscal, seguiremos teniendo un euro fragmentado en nuestros bolsillos con políticas fiscales asimétricas. La respuesta a los desafíos compartidos de Europa (clima, digitalización o seguridad) será subóptima en ausencia de alguna política fiscal común, en un período donde se necesita una gran visión estratégica e inversión.

Tercero, cambios necesarios en el marco regulatorio hacia la finalización del Mercado Único:

  • Completar la Unión de Mercados de Capital. Comenzando por impulsar el mercado de titulizaciones de la UE y explorar formas para permitir que los bancos liberen capital y liquidez, con el propósito expreso de proporcionar financiación adicional a las empresas de la UE. Esto debería incluir una revisión inmediata del marco de titulización de la UE.
  • Necesitamos finalizar la Unión Bancaria estableciendo un mecanismo común de reparto de riesgos: el Esquema Europeo de Seguro de Depósitos (EDIS). Sin él, no hay igualdad de condiciones para la oferta transfronteriza de servicios financieros minoristas. Si queremos construir un verdadero Mercado Único, los depositantes deben sentir que están igualmente protegidos en todos los países de Europa.
  • Necesitamos trabajar en la armonización del marco regulatorio. Aunque un código normativo único en la UE es una pieza fundamental, la herramienta regulatoria más común siguen siendo las Directivas Comunitarias, y las reglas nacionales aún juegan un papel clave – hay muchos ejemplos: marcos de insolvencia, reglas de protección al consumidor, etc. La existencia de diferentes marcos regulatorios es la principal barrera para la consolidación europea, debido a la cantidad de recursos necesarios para entender e implementar los diferentes marcos regulatorios nacionales.
  • Esto nos lleva a la falta de sinergias potenciales que podrían lograrse en una fusión. Si los marcos regulatorios son diferentes, los bancos fusionados aún necesitarían diferentes equipos para lidiar con los diferentes marcos nacionales, diferentes productos, diferentes procedimientos para atender a los clientes, diferentes sistemas informáticos que están diseñados para responder al marco regulatorio específico en cada país. Las hipotecas son diferentes, las comisiones de pago son diferentes. Todo ello nos lleva a que las sinergias de costes y economías de escala sean limitadas.
  • Necesitamos mejorar el marco de resolución. Es clave facilitar un régimen de adquisición para entidades fallidas. Hacer responsable al adquirente de la conducta de la gestión de la entidad adquirida antes de la resolución normalmente es injustificado. Esto no puede prevenirse fácilmente a través de la debida diligencia, teniendo en cuenta la rápida reacción necesaria en este proceso. Por lo tanto, el régimen de responsabilidad debe ser revisado. También se pueden tomar lecciones de EE. UU. Los bancos no adquieren la entidad legal, sino activos y pasivos específicos.
  • Finalmente, la competitividad no se trata solo del Mercado Único, sino de apoyar a las empresas de la UE que operan en terceros países. Las empresas internacionales son cruciales para la competitividad de la industria europea y la autonomía estratégica de la UE. Una de las prioridades principales para la próxima Comisión debería ser asegurar que el marco regulatorio de la UE no penalice a las empresas altamente diversificadas que operan en terceros países y que reconozca debidamente a los bancos que operan en esos países.

El marco regulatorio actual está excesivamente sesgado hacia la protección de la estabilidad financiera. Si queremos realizar el potencial de Europa y aumentar el crecimiento europeo, necesitaremos reequilibrar nuestras actitudes hacia el riesgo, así como recalibrar el tamaño y la complejidad de nuestro marco regulatorio para favorecer el crecimiento. Esto, creo, sería un cambio muy relevante.