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Vicepresidente del consejo de administración de Santander
"El euro digital solo será adoptado si aporta valor a los ciudadanos y empresas"
José Antonio Álvarez, Vicepresidente del consejo de administración de Santander
En octubre, el Banco Central Europeo (BCE) presentará las conclusiones de la fase de investigación del euro digital. Han sido dos años de trabajo intensivo en los que el BCE ha evaluado diferentes opciones de diseño para responder a los objetivos políticos que se deben alcanzar con el euro digital, que son reforzar la autonomía estratégica de Europa y proporcionar un ancla monetaria ante una posible desaparición del efectivo en los pagos cotidianos.
Esta fase inicial ha mostrado la complejidad del proyecto y la importancia de asegurar un diseño adecuado. Es esencial evitar, mediante el diseño, los riesgos potenciales que el euro digital plantea para la estabilidad financiera, limitando el uso del euro digital como reserva de valor y asegurando un despliegue ordenado que evite cualquier escenario de adopción abrupta. Además, es necesario crear las condiciones para que el sector privado contribuya a hacer los pagos, y en última instancia Europa, más competitivos. Como ocurriría con cualquier otro medio de pago, el euro digital solo será adoptado si aporta valor a los ciudadanos y empresas. Al mismo tiempo, los intermediarios también deben desempeñar un papel clave en este nuevo ecosistema, integrando los pagos en euro digital en la vida financiera diaria de las personas, explicando cómo usarlo, resolviendo las dudas de los ciudadanos y ofreciendo nuevos servicios a los clientes.
Desde el punto de vista de los futuros usuarios, la pregunta que surge inmediatamente es cuál es el valor añadido que el euro digital aportará a los ciudadanos en sus pagos cotidianos. Aunque el nivel de desarrollo de los pagos en Europa no es el mismo en todos los países, en general los ciudadanos europeos ya tienen una amplia variedad de medios de pago disponibles que utilizan diariamente. Y vemos nuevas soluciones apareciendo cada año. Por lo tanto, no es obvio cómo traducir los objetivos políticos de alto nivel que el euro digital pretende alcanzar en beneficios concretos que motiven a los ciudadanos a usarlo.
Desde el punto de vista de los proveedores de servicios de pago, el euro digital inevitablemente competirá con los medios de pago privados existentes. El objetivo de la Comisión y del BCE es ofrecer opciones a los ciudadanos en sus pagos. El desafío para las autoridades es entonces cómo:
El mercado muestra que no hay servicios gratuitos, y cuando lo son es porque se están monetizando de otra manera. Y los costes para el sector privado de desplegar primero el euro digital, y luego proporcionar servicios pueden ser muy significativos. Aprovechar las infraestructuras de pagos existentes y las soluciones nacionales que están teniendo éxito tanto como sea posible sería la forma más eficiente y efectiva de distribuir el euro digital reduciendo estos costes. Aun así, aún habrá costes para proporcionar estos servicios.
Necesitamos pensar en un modelo de compensación adecuado que asegure, por un lado, que los costes de proporcionar estos servicios para los intermediarios están correctamente cubiertos, y al mismo tiempo, que el euro digital compite en igualdad de condiciones con otras soluciones privadas existentes, evitando el efecto de desplazamiento que sería perjudicial para la competitividad del sector.
La propuesta legislativa presentada por la Comisión Europea, que será discutida extensamente por los colegisladores en los próximos meses, abre una nueva fase para profundizar en el diseño del euro digital. El BCE también continuará analizando estos temas durante la nueva fase preparatoria que se espera comience a finales de este año.
Se necesita un análisis calmado y profundo de estos asuntos para asegurar que, si se emite el euro digital, aportará valor a ciudadanos, empresas e intermediarios, y contribuirá a un mercado de pagos más competitivo, eficiente e innovador. De lo contrario, podrían considerarse otras posibles soluciones para alcanzar los objetivos políticos establecidos para el euro digital.
Finalmente, en mi opinión, también sería valioso explorar los beneficios de emitir una CBDC en el ámbito mayorista, que probablemente sean más claros. Una CBDC mayorista podría ofrecer mejoras significativas en las transacciones transfronterizas en términos de costes, velocidad, acceso y transparencia, y también podría contribuir al desarrollo seguro de mercados financieros tokenizados, permitiendo a los participantes del mercado beneficiarse de las ventajas de la DLT (Distributed Ledger Technology estrechamente relacionada con las blockchains), como la programabilidad, mientras se sigue proporcionando una liquidación segura en dinero del banco central.