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Responsable de Servicio de Estudios, Public Policy y Relaciones Institucionales de Santander
"Las regulaciones también deben estar hechas pensando en el futuro, para que puedan adaptarse a las nuevas tecnologías"
Bárbara Navarro, Responsable de Servicio de Estudios, Public Policy y Relaciones Institucionales de Santander
La industria global de servicios financieros ha estado bajo una revolución digital constante pero implacable durante más de una década.
La promesa de una mayor eficiencia y conveniencia para los clientes durante este proceso se ha visto parcialmente comprometida por la implementación de muchos paquetes regulatorios. Esto no ha sido una excepción en la Unión Europea (UE). En adelante y bajo el nuevo ciclo político que se abre ahora, los reguladores de la UE deberían revitalizar la competitividad y la seguridad como las dos caras de una moneda, un acto delicado que implicará un equilibrio adecuado entre varios aspectos:
Las necesidades de los usuarios como prioridad en la regulación
En el corazón de este desafío se encuentran las expectativas y hábitos de consumo en evolución de los nuevos usuarios. Los consumidores de hoy demandan experiencias financieras personalizadas, acceso sin interrupciones y una mayor transparencia. La solución a promover puede ser habilitar el uso de Big Data e Inteligencia Artificial (IA) para la creación de productos financieros a medida y la realización de evaluaciones de riesgo. Las iniciativas de Banca Abierta (Open Banking por su terminología en inglés), donde los clientes controlan sus datos, pueden mejorar aún más la competencia y la oferta para cliente e incluso proporcionar la oportunidad de monetizar los datos bajo ciertas condiciones.
La IA es un arma de doble filo
Las nuevas regulaciones deben ser claras para evitar obstaculizar la innovación, pero también deben abordar riesgos como la protección de datos y las amenazas a la ciberseguridad. Las regulaciones existentes ya cubren muchas áreas, por lo que las nuevas reglas no deberían superponerse, creando una mayor complejidad en el entramado regulatorio. Esto es crucial para que Europa sea competitiva en IA. Tiene el potencial de revolucionar los servicios financieros, desde la detección de fraudes hasta el asesoramiento de inversiones personalizadas. La UE necesita desarrollar marcos éticos donde las regulaciones aborden posibles sesgos en los algoritmos de IA y aseguren un trato justo a los clientes. Se necesitan directrices claras para el desarrollo y el despliegue responsable de la IA, mitigando riesgos como los errores algorítmicos. Los marcos regulatorios deben asegurar que estas tecnologías sirvan, no exploten, a los clientes. Todo esto debe hacerse permitiendo que los desarrolladores de IA puedan proporcionar una IA de alta calidad que se entregue e implemente en toda la UE.
La industria financiera ve oportunidades y desafíos
Las regulaciones son abrumadoras y costosas. Abogamos por enfoques más simples, implementados por fases, y un campo de juego donde todos los proveedores, incluidas las FinTechs, estén sujetos a las mismas reglas. Las regulaciones también deben estar hechas pensando en el futuro, para que puedan adaptarse a las nuevas tecnologías.
El panorama regulatorio actual en la UE sigue estando fragmentado. Este mosaico de reglas nacionales crea incertidumbre para las empresas que operan a través de las fronteras, obstaculizando el desarrollo de un verdadero mercado de finanzas digitales paneuropeo. Además, se podría argumentar que las regulaciones existentes no fueron diseñadas para la era digital, más bien, de alguna manera están poniendo en peligro su desarrollo.