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Vicepresidente del consejo de administración de Santander
Medidas para desbloquear la Unión Bancaria
"No podemos tener un verdadero Mercado Único sin una Unión Bancaria completa"
José Antonio Álvarez, Vicepresidente del consejo de administración del Banco Santander
Cuidado con la brecha bancaria: por qué la UE debe aprobar el EDIS1 ahora
La Unión Bancaria Europea se lanzó con una ambición notable, pero, más de una década después, su construcción sigue incompleta. Dos pilares están en marcha. El tercero, probablemente el más simbólico y políticamente sensible —el EDIS, un sistema de seguro de depósitos plenamente mutualizado—, permanece sin finalizar. Con la revisión del CMDI2 ya concluida y el actual foco de la UE en la competitividad y el crecimiento, ha llegado el momento de impulsar la creación de un auténtico mercado único. No podemos hablar de un verdadero Mercado Único sin una Unión Bancaria completa. Lo que está en juego no es solo el equilibrio institucional, sino también la confianza y la integración necesarias para desarrollar todo el potencial de la Unión Económica y Monetaria.
Una Unión Bancaria completa no solo respaldaría la estabilidad financiera, sino que redefiniría la zona del euro como un mercado verdaderamente integrado. Sin el EDIS, persiste la fragmentación. Los depositantes de un Estado miembro pueden percibir más o menos protección que en otro debido a la falta de voluntad política para finalizar el marco. La protección igualitaria para todos los depositantes europeos, respaldada por un mecanismo común de financiación, es esencial. El EDIS no es solo una herramienta de seguro, es el instrumento que garantiza el libre flujo de financiación y liquidez entre países para financiar a las empresas europeas y las necesidades de los ciudadanos. En última instancia, nivelaría el terreno de juego y facilitaría las fusiones transfronterizas.
Primero, necesitamos culminar el EDIS. La reforma del CMDI fue un paso bien recibido, pero dejó sin abordar el tercer pilar. Ahora que se ha despejado el panorama legislativo, la Comisión debería volver a situar la Unión Bancaria en lo más alto de la agenda política y presentar una propuesta concreta. Respaldamos la inclusión del EDIS en la hoja de ruta de la Unión de Ahorro e Inversión, pero esta no puede seguir siendo una aspiración a largo plazo. Un EDIS bien diseñado eliminaría la fragmentación en la protección de depósitos y reforzaría la confianza en el marco de resolución, algo clave para reducir los cortafuegos y restaurar la verdadera integración transfronteriza. También reforzaría la credibilidad de la red de seguridad financiera europea y la cohesión política de la UE.
En segundo lugar, el Tratado enmendado del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) debe ser ratificado. Esto es esencial para activar la red de seguridad del Fondo Único de Resolución y dar a las autoridades la confianza de que habrá financiación disponible en una crisis sistémica. El proceso político de ratificación se ha prolongado demasiado. Los Estados miembros deben demostrar su compromiso con soluciones comunes y otorgar a la Unión Bancaria la credibilidad institucional que merece. Completar la ratificación enviaría una fuerte señal de unidad y de preparación para abordar conjuntamente los riesgos futuros.
En tercer lugar, debemos abordar la pieza que falta en la resolución: la liquidez. Ningún plan de resolución puede tener éxito sin acceso a liquidez. Es necesario crear una herramienta creíble de liquidez en resolución, respaldada públicamente —quizá proporcionada por el BCE—. La capacidad de las entidades en resolución para cumplir con obligaciones a corto plazo, proteger funciones críticas y mantener la confianza depende de ello. La resolución no trata solo de colchones de capital; se trata de confianza en la ejecución y estabilidad en movimiento. Este elemento sigue sin recibir la atención suficiente y debe pasar de la ambición a la implementación. Otras jurisdicciones ya lo tienen.
En paralelo, el debate sobre las exenciones de capital y liquidez debe avanzar. Una Unión Bancaria verdaderamente integrada requiere que los grupos transfronterizos puedan gestionar el capital y la liquidez de forma holística. Esta conversación debe vincularse a los debates más amplios sobre las exposiciones soberanas. La reducción del riesgo y el reparto del riesgo deben avanzar en paralelo, y el EDIS es el puente entre ambos. No alinear estos debates supone perpetuar la división y debilitar la confianza en el futuro del marco.
Las autoridades europeas han sido claras: completar la Unión Bancaria ya no es un debate técnico, es una prueba de voluntad política. El progreso requerirá compromisos. Pero retrasarlo aún más solo alimenta la fragmentación y socava la credibilidad de lo construido hasta ahora. El tiempo no es neutral en este contexto. Cuanto más persistan las carencias, mayor será la incertidumbre para bancos, inversores y ciudadanos. Esto es crítico para la competitividad de la banca europea y para que el mercado único se convierta en fuente de crecimiento para las empresas y los ciudadanos europeos.
La Unión Bancaria no debe convertirse en un monumento a la integración parcial. Apoyamos plenamente su culminación, comenzando con un compromiso renovado y vinculante con el EDIS, respaldado por un Tratado del MEDE ratificado y un mecanismo creíble de liquidez de respaldo. Los Estados miembros deben actuar con decisión, dejando de lado las dudas internas y reconociendo que una verdadera unión requiere no solo reglas compartidas, sino también confianza compartida y madurez política. El camino está claro, lo que falta es recorrerlo juntos.
1. Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS por sus siglas en inglés)
2. Marco de Gestión de Crisis y Garantía de Depósitos (CMDI por sus siglas en inglés)