La prioridad número uno de Europa es mejorar su competitividad y aumentar el crecimiento económico. Sin un mayor crecimiento, todos los desafíos que enfrenta la UE – la necesidad de transitar hacia una economía verde, apoyar a una población envejecida, la necesidad de gastar más en defensa – se vuelven mucho más difíciles. Los bancos son parte de la solución. Somos facilitadores – impulsando el crecimiento y apoyando la inversión. Eso es generalmente el caso, pero especialmente en lo que respecta a la transición verde. El enfoque de la transición debe estar alineado con políticas y marcos regulatorios que apoyen el crecimiento. La Ley de Industria Limpia y el ajuste de los requisitos para el sector automotriz son buenos ejemplos de enfoques políticos que hacen esto. Y la simplificación del marco de sostenibilidad, el llamado Omnibus, es un reconocimiento bienvenido de que necesitamos eliminar requisitos y complejidades excesivas que imponen una gran carga a las empresas – de todos los tamaños.
La reciente propuesta Omnibus aborda una serie de preocupaciones – pero se necesita más trabajo. Tres puntos que aún requieren acción:
- Los cambios en las disposiciones de la Directiva de Diligencia Debida de Sostenibilidad Corporativa (CSDDD) sobre planes de transición (TP) aún no reflejan el hecho de que cualquier obligación de TP no puede ir más allá de la ciencia subyacente, la práctica del mercado y las regulaciones aplicables en cada jurisdicción en la que operan las empresas. La alineación con 1.5º depende de factores externos como los IEA STEPS (Escenario de Políticas Declaradas) y APS (Escenario de Políticas Anunciadas). Cualquier empresa, financiera o no financiera, con presencia en diferentes jurisdicciones necesita flexibilidad legal, por ejemplo, para excluir del plan a las subsidiarias donde las reglas locales relevantes o las prácticas del mercado están evolucionando de manera diferente. Estamos de acuerdo con los estados miembros de la UE que han solicitado un aplazamiento indefinido de esta directiva hasta que se haya abordado este punto fundamental.
- Los requisitos de informes bajo la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) necesitan ser simplificados. Los informes de sostenibilidad requieren tiempo para madurar. Tanto la CSRD como la ESRS son demasiado ambiciosas, imponiendo requisitos que las empresas no pueden cumplir hoy. En lugar de un enfoque integral, los requisitos de informes deben centrarse en el clima (E1), la propia fuerza laboral (S1) y la conducta empresarial (G1). Este enfoque reflejaría la capacidad de las empresas para abordar estos temas clave, donde la acción efectiva puede tener un impacto significativo. Además, los bancos no deberían estar obligados a recopilar datos de empresas que no están obligadas a divulgar datos bajo la CSRD. De lo contrario, el llamado "efecto cascada" en las empresas más pequeñas no se abordará.
- Taxonomía y Ratio de Activos Verdes. La taxonomía actual es demasiado compleja para ser una herramienta útil, y la propuesta actual no aborda la necesidad de una simplificación fundamental. Si bien hay una buena intención de reducir el número de KPIs mediante la introducción de umbrales de materialidad, el proceso que los bancos tendrán que seguir para evaluar si pueden aplicar el umbral o no es muy complejo (según el análisis inicial de la propuesta). Deberíamos estar buscando soluciones pragmáticas que eliminen significativamente la carga sobre las empresas: las empresas deberían poder usar la taxonomía de manera voluntaria si les ayuda a representar su actividad verde. Además, el Ratio de Activos Verdes no proporciona información significativa al mercado, requiere una extensa explicación por parte de los bancos sobre lo que significan las métricas. Dado el valor limitado, debería eliminarse. Si no es así, se necesita una suspensión inmediata del requisito de informes (incluyendo el próximo GAR en el Pilar 3 este verano) hasta que se haya completado y adoptado el proceso de revisión de los KPIs de la Taxonomía, las plantillas y los criterios DNSH. Es ineficiente trabajar en una métrica que está en revisión y sujeta a cambios en los próximos años.
Al adoptar un enfoque pragmático, tenemos la oportunidad de cambiar el enfoque de Europa de la regulación y los informes a apoyar la transición, para que el ir hacia lo verde sea verdaderamente una fuente de crecimiento y competitividad para Europa.