“Me interesa el futuro porque planeo pasar el resto de mi vida allí”. La cita se atribuye a Charles F. Kettering (1876-1958), inventor e ingeniero estadounidense. Capta el espíritu de este informe, que hemos llamado Perspectivas, la publicación económica anual del Servicio de Estudios.

Aquí compartiremos nuestra perspectiva sobre la economía global, con especial énfasis en las regiones donde Santander tiene una fuerte presencia: Estados Unidos, Europa y nuestros principales mercados en América Latina. También nos centramos en temas de relevancia global, como el impacto de la inteligencia artificial en la economía, la relación entre la productividad y la calidad regulatoria, los factores estructurales que impulsan los tipos de interés a largo plazo, el acuerdo entre la UE y Mercosur, y los desafíos en los mercados inmobiliario y automotriz.

En los últimos años, la economía global se ha caracterizado por una mayor incertidumbre y volatilidad. El mundo está experimentando cambios disruptivos y sin precedentes debido a desafíos a corto plazo y tendencias estructurales a largo. Estos suelen estar interrelacionados y resultan difíciles de distinguir. En el panorama actual, el principal reto para un departamento de estudios es separar las señales del ruido. Perspectivas es un intento de identificar estas señales y compartir conclusiones que contribuyan al debate público sobre los temas que configuran el futuro del mundo.

La economía global se encuentra en transición entre dos eras, pasando de la “globalización plena” a lo que se denomina la “era de las autonomías estratégicas”. Si bien no es fácil identificar un momento concreto, entre los principales impulsores de este cambio estructural se encuentran: el creciente papel de China en el panorama geopolítico y económico global; la pandemia de COVID-19 en 2020; la posterior invasión rusa de Ucrania en 2022; las tensiones geopolíticas en Oriente Medio; y las recientes políticas comerciales de Estados Unidos. Todos estos acontecimientos han llevado a los países a reconocer la fragilidad de las cadenas globales de valor, a reconsiderar sus alianzas internacionales y acuerdos estratégicos, y a reevaluar sus políticas comerciales e industriales. La geopolítica o, más concretamente, la geoeconomía (la intersección de los acontecimientos geopolíticos y sus impactos en la economía global) ha cobrado protagonismo en el análisis como nunca antes.

Los desafíos futuros son significativos. Según el Fondo Monetario Internacional(FMI), la fragmentación económica global podría reducir la producción económica mundial en un 7% a largo plazo, lo que supone una pérdida de producción de unos 7,4 billones de dólares. Esto equivale aproximadamente al tamaño combinado de las economías de Francia y Alemania. La cooperación internacional es clave para revertir la geofragmentación. El mundo necesita una “nueva globalización” sobre pilares más sólidos y estables.

La situación actual se superpone con transformaciones estructurales a largo plazo, como los cambios demográficos, climáticos y tecnológicos, que se harán cada vez más evidentes en los próximos cinco a diez años. El economista Rüdiger Dornbusch, reconocido por su influencia en la macroeconomía internacional, solía afirmar: “En economía, las cosas tardan más de lo que se cree, y luego ocurren más rápido de lo que se pensaba”. Algunos datos ayudan a ilustrar cuánto cambiará el mundo en los próximos años. Las Naciones Unidas2 pronostican que para mediados de la década de 2030 habrá 265 millones de personas de 80 años o más, superando en número a los niños. El envejecimiento de la población tendrá profundas implicaciones para los sistemas de pensiones, la sostenibilidad fiscal y los mercados laborales. En cuanto a la transición climática y el desarrollo de los países, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD),3 el déficit de financiación para alcanzar las inversiones en desarrollo sostenible ronda los 4 billones de dólares anuales. Finalmente, la aparición de la inteligencia artificial (IA) generativa transformará significativamente la economía global. Aunque aún carecemos de datos concretos sobre su impacto, algunos estudios apuntan a importantes aumentos de productividad. McKinsey (2023)4 estima que la IA generativa podría aumentar la productividad laboral mundial entre 0,1 y 0,6 puntos porcentuales anuales hasta 2040, dependiendo del ritmo de adopción. Al combinarse con tecnologías complementarias, el incremento podría alcanzar entre 0,2 y 3,3 puntos porcentuales anuales, lo que añadiría entre 2,6 y 4,4 billones de dólares al valor económico anual.

¿Qué surgirá de la intersección de todas estas tendencias demográficas, climáticas, geopolíticas y tecnológicas? Si alguien afirma saber la respuesta, sea escéptico. La respuesta honesta es que no lo sabemos. En lugar de ofrecer respuestas definitivas, este informe busca ayudar a plantear las preguntas correctas, basándose en datos y evidencias fiables.

Según el Banco Mundial,5 alrededor de 1.500 millones de personas han salido de la pobreza extrema en todo el mundo desde 1990, lo que equivale a un promedio de más de 100.000 personas al día, gracias a un crecimiento económico fuerte y sólido. Sin embargo, la “triple transición” —demográfica, energética y tecnológica— exigirá que el mundo acelere aún más el crecimiento para generar recursos suficientes para satisfacer las crecientes necesidades. Lamentablemente, la proyección actual de crecimiento global promedio a cinco años se encuentra entre las más bajas en décadas.

El mundo necesita urgentemente repensar el patrón de crecimiento. Acelerar el crecimiento a largo plazo requiere una mayor inversión, y esta solo puede aumentar con mayor financiación. Por ello, es esencial una regulación inteligente que impulse esta financiación, canalizando el ahorro hacia la inversión, la innovación y el empleo. Diversos hallazgos, incluidos en este informe, sugieren que una regulación equilibrada (que contemple el crecimiento) tiene un impacto significativamente positivo en la productividad y, por supuesto, en el crecimiento económico a largo plazo.

El mundo actual está lleno de riesgos e incertidumbre. Pero más allá de eso, también está lleno de transformación y oportunidades. Porque no se trata de eliminar el riesgo (lo cual es imposible), sino de construir economías más resilientes e inclusivas capaces de aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan.

Bienvenidos a Perspectivas. Esperamos que lo disfruten.


1. Fondo Monetario Internacional (agosto, 2023), “El alto coste de la fragmentación económica global”, Washington D.C.
2. Naciones Unidas (2024), “Perspectivas de la población mundial 2024”‘, Nueva York.
3. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (septiembre, 2023), “Monitor de tendencia de inversión en ODS (Número 4)'.
4. McKinsey Global Institute (junio, 2023), “The economic potential of generative AI: The next productivity frontier”’, McKinsey & Company.
5. Banco Mundial (octubre, 2025), “Pobreza: panorama general', Washington D.C