Se prevé que el crecimiento económico mundial sea el 3,1% en 2026 y 3,2% en 2027.
El crecimiento económico mundial en 2026 podría ser similar al registrado en 2025 (3,1%). No obstante, desde una perspectiva cíclica podría tener lugar un giro hacia una recuperación moderada en el transcurso de 2026. En cualquier caso, 2027 seguirá mostrando una leve expansión (3,2%), muy por debajo de la media histórica del 3,7% observada desde principios de siglo y hasta la pandemia de Covid-19.
Esta tasa de crecimiento sigue siendo insuficiente para hacer frente a los enormes retos que tenemos por delante. Para ponerlo en perspectiva: perder medio punto porcentual del crecimiento del PIB mundial implica 10 billones de dólares menos en solo 5 años, equivalente al PIB nominal combinado de Alemania y Japón, la tercera y cuarta economías más grandes del mundo.
Estas tasas de crecimiento son insuficientes para los retos que afrontamos.
La incertidumbre geopolítica y la volatilidad siguen siendo grandes limitaciones para el crecimiento. Las tendencias estructurales, como el descenso de la población en edad de trabajar debido al envejecimiento, también ralentizarán el crecimiento mundial a medio plazo. El aumento de la población mundial ha bajado del 2% anual a menos del 1% en solo medio siglo. La desaceleración de China es otro factor importante: a medida que su economía madure, el crecimiento probablemente disminuirá del entorno del 8% anual hace 10 años hacia el 4% en los próximos años. Ninguno de estos "motores de crecimiento" tradicionales estará disponible en el futuro. La pregunta clave es: ¿cómo puede el mundo reemplazar estos motores y reavivar el crecimiento global?
¿Cómo renovamos el crecimiento global?
Como escribió Giuseppe Tomasi di Lampedusa en El leopardo: "Si queremos que las cosas sigan como están, todo debe cambiar". Hoy en día, una gran parte de la humanidad disfruta de los niveles de vida más altos de la historia. Sin embargo, lo que nos trajo aquí no necesariamente nos hará avanzar en los próximos 10 a 20 años. Las perspectivas actuales de crecimiento mundial se encuentran entre las más débiles en muchos años. Ninguno de los desafíos mundiales que se avecinan puede resolverse sin acciones concretas y consenso sobre cómo renovar el modelo de crecimiento global. Una posible hoja de ruta sería sustituir los anteriores impulsores por tres nuevos motores de crecimiento para las próximas décadas:
La hoja de ruta para acelerar el crecimiento pasa por ‘re-globalizar’, revolucionar la productividad y una regulación inteligente.
La resiliencia de las tasas de paro ha sido clave para mantener el crecimiento pese a los tipos de interés más elevados.
Renovar el crecimiento global requiere crear consenso para revertir la fragmentación económica, diseñar regulaciones más inteligentes y acelerar la adopción de tecnología para aumentar la productividad. Además, en varias regiones y países, abordar el desequilibrio presupuestario es clave para hacer frente a los déficits públicos persistentes y estabilizar las ratios de deuda.
Lecciones de las perturbaciones recientes
El mundo ha experimentado dos grandes perturbaciones exógenas en los últimos años: primero, la pandemia de Covid-19 en 2020 y segundo, la invasión rusa de Ucrania en 2022. Juntos, estos eventos tensaron las cadenas de valor globales y desencadenaron las tasas de inflación más altas en cuatro décadas en la mayoría de las regiones. La acción conjunta de los bancos centrales (en 2022, un récord ya que ocho de cada diez subió los tipos de interés simultáneamente) ayudó a que, en dos años, la inflación volviera a acercarse a los niveles anteriores a la crisis. Esto se logró a través de un "aterrizaje suave", con solo un moderado impacto negativo en la actividad económica. Una característica clave de esto fue la resiliencia de los mercados laborales en todo el mundo. Las tasas de desempleo demostraron ser muy resistentes a aumentar, incluso durante la desaceleración económica, lo que fue crucial para sostener el crecimiento pese a que los tipos de interés han sido más altos en los últimos años.
Los nuevos tipos de interés de equilibrio parecen compatibles con las bajas tasas de paro actuales.
Hoy en día, la mayoría de los bancos centrales han completado o están cerca de completar sus ciclos de reducción de tipos de interés. Sin embargo, los tipos terminales siguen siendo significativamente más altos que en la década anterior. Estos nuevos niveles de equilibrio parecen compatibles con las bajas tasas de desempleo actuales (véase el tema clave: "La tasa de interés de 'equilibrio': una revisión de los principales factores"). En muchos casos, las tasas de desempleo están en mínimos históricos o cerca de ellos, como se observa en la eurozona, Estados Unidos, Reino Unido, Polonia, Brasil y México, entre los países donde opera Santander. Esta resiliencia también proporciona a los bancos centrales un mayor margen de maniobra en caso de que necesiten endurecer la política monetaria de nuevo para mantener la inflación bajo control en el futuro.
1. Fondo Monetario Internacional, Perspectivas de la Economía Mundial (octubre, 2025), “La economía mundial está cambiando, con sombrías perspectivas de crecimiento”, Washington DC.
2. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (2025), “OECD Economic Outlook, Volume 2025 Issue1: Tackling uncertainty, reviving growth”, Paris, 2025.
3. Draghi, M. (2024). ‘The future of European competitiveness: Report for the European Commission’. Bruselas. Comisión Europea.
Pese a que los tipos de interés están bajando, el crecimiento tendrá frenos por la geopolítica y los desequilibrios fiscales.
Tipos de interés en descenso y mercados en máximos históricos
Con los tipos de interés en descenso y acercándose a su suelo en muchos países y regiones, el ciclo económico global debería acelerar el crecimiento en el futuro. Sin embargo, como hemos anticipado, los pronósticos apuntan a una leve aceleración en los próximos dos o tres años y a un ritmo diferente según la región. Factores comunes, como la incertidumbre en torno a la situación geopolítica mundial y el empeoramiento de los desequilibrios fiscales, están actuando como vientos en contra del crecimiento. Estos se suman a las tendencias estructurales ya señaladas, incluido el envejecimiento de la población a nivel mundial y la desaceleración económica de China.
Por otro lado, ciertos factores podrían impulsar el crecimiento por encima de las proyecciones actuales. Por ejemplo, una desescalada más rápida de lo esperado de los conflictos armados en curso, junto con el fortalecimiento de la coordinación mundial y el multilateralismo, proporcionaría un impulso alcista. Del mismo modo, una adopción más rápida y generalizada de la IA de lo previsto actualmente impulsaría la productividad y el crecimiento económico. Según el FMI, una disminución significativa de la incertidumbre de la política económica mundial, derivada de acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales más claros y estables, podría aumentar la producción mundial en alrededor de un 0,4%. La reducción de los aranceles dentro de estos acuerdos agregaría aproximadamente otro 0,3% al crecimiento. Además, las ganancias de productividad de la inteligencia artificial podrían aumentar aún más la producción mundial en aproximadamente un 0,4% a corto plazo.
Los mercados globales reflejan un escenario dicotómico: bolsas y activos refugio, como el oro, se encuentran simultáneamente en niveles récord.
Los mercados globales son quizás el reflejo más claro del escenario económico dicotómico actual, en el que las bolsas de valores en máximos históricos (generalmente asociadas a períodos de expansión económica) conviven con activos refugio tradicionales (como el oro) también en niveles récord. Esta inusual dinámica de activos pone de relieve la complejidad del entorno actual. Históricamente, la renta variable y el oro han prosperado en condiciones opuestas, pero desde finales de 2023 ambos han alcanzado máximos históricos de forma simultánea. Este fenómeno refleja la doble naturaleza del ciclo actual: por un lado, el optimismo sobre el crecimiento y la productividad (impulsado principalmente por el entusiasmo en torno a la IA y las expectativas de relajación de la política monetaria), y por otro, una mayor demanda de activos refugio ante los riesgos geopolíticos. Mientras tanto, la aparición de innovaciones tecnológicas en las finanzas, como las stablecoins, que se han expandido rápidamente en un corto período, merece un análisis y comprensión más profundos.