Mahia Macías quiere ser futbolista profesional. Lo tiene tan claro, que con tan solo siente años, es jugadora de El Club Nacional de Football de Uruguay, un histórico equipo del país que le permitió ser parte de su cantera masculina formada solo por niños, donde hoy Mahia juega y además, es capitana. Ahora, junto a su familia, cargada con una maleta rosa y de la mano de Santander, ha viajado hasta España para cumplir su sueño de conocer a Yamila Badell, jugadora profesional uruguaya del conjunto madrileño CD Tacón. Una ruta de casi 10.000 kilómetros hacia el futuro con el que sueña. 
 

La historia de Mahia 

En el marcador del estadio, luce un empate a uno entre ambos equipos, eternos rivales: el Club Nacional de Football de Montevideo y Peñarol. Ambos son equipos uruguayos de fútbol masculino, en su categoría infantil. Y como capitana del primero, una niña. Se trata de Mahia Macias, de 7 años de edad. El encuentro se acerca a sus últimos minutos. Es entonces cuando Mahia consigue controlar con el pecho un balón que llega al área. Pocos segundos después, lo remata de vaselina, y logra hacer historia: es la primera mujer que anota en un Clásico. 

El sueño de Mahia

Como patrocinador de las mejores competiciones de fútbol del mundo, y en este caso con motivo de nuestro ya clásico patrocinio en la Copa Conmebol Libertadores, la invitamos a España, a jugar donde siempre soñó y conocer a su ídolo, la también jugadora del CD Tacón, Yamila Badell. 

Desde el banco, trasladamos así nuestro posicionamiento de progreso al fútbol bajo una estrategia global denominada footballCan, donde promovemos la capacidad del fútbol para impactar y mejorar la vida de las personas.  

Creemos en estas historias que muestran la enorme capacidad del fútbol como agente de cambio social, reforzando valores estratégicos para nuestra marca, como la igualdad de género, la inclusión, el apoyo al talento y la diversidad. 

La historia de Mahia 

Mahia llegó a la capital española el viernes 1 de marzo acompañada de sus padres y su hermano, y señaló “haber venido a Madrid es algo que nunca imaginé. Voy a seguir entrenando mucho porque un día me gustaría ser como Yamila y jugar aquí…”. La pequeña también es seguidora de Cristiano Ronaldo, aunque juega con las botas de Neymar. Las de Cristiano todavía le quedan grandes.

El CD Tacón, equipo femenino en el que milita Badell, entrena en una instalación ubicada al noreste de Madrid, en Ciudad Lineal. Y hasta allí puso rumbo Mahia junto a su familia. Los nervios de la pequeña no le impidieron a Mahia sumarse al equipo y entrenar como una más. Y por supuesto, todo quedó en segundo plano, al conocer a la chica que la inspira a pensar que es posible lograr llegar aquí algún día. 

Mahia en España

Yamila Badell, no es lo que se dice una profesional experimentada, tiene solo 24 años y también un día dejó su país y sus afectos, para ser profesional en un deporte que hasta no hace tanto, no veía con buenos ojos que las mujeres formen parte. Pero Yamila como Mahia, saben que solo hay una forma de que ese realidad sea posible para ellas y otras chicas, transformarla. 

El encuentro entre ambas, pese a la diferencia generacional, fue una muestra de ello. Intercambiaron palabras, risas, entrenaron y mientras le firmaba una pelota, Yamila se animó a darle algunos pocos consejos. 

Mahia en el terreno de juego

Al día siguiente del entreno, Mahia y su familia fueron testigos del partido que tuvo lugar entre el CD Tacón y el Atlético Féminas. Además, tuvo la oportunidad de jugar un partido junto a las alevines del equipo local donde marcó un golazo, visitó el Estadio Santiago Bernabéu y pasó unos días más recorriendo la capital española.

Mahia en Madrid

Lo que ha logrado Mahia, no es solo marcar un tanto fundamental en un partido clave, y que el mundo conozca su historia. Ha conseguido competir de igual a igual, superarse a sí misma y sobre todo, derribar las barreras que se interponían entre ella y su sueño. 

Sean cuales sean las barreras, en una punta del mundo u otra, Mahia con 7 años, ya sabe que el fútbol es un vehículo para lograr lo que sueña.  Porque el fútbol lo puede todo. 

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