El próximo sábado 23 de noviembre, River Plate y Flamengo se jugarán el título de la 60ª edición de la Copa Libertadores, competición de la que Banco Santander es patrocinador oficial.
Secuencia rodada en un bar típico del barrio de San Telmo, el más bohemio y encantador de Buenos Aires. Unos tipos hablan de asesinatos y de fútbol, aunque para nombrar el deporte rey hablen de PASIÓN. La impagable frase es la siguiente: “Una pasión es una pasión. El tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios; pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión…”.
Se trata de uno de los mejores diálogos de la excelente película argentina El secreto de sus ojos, dirigida por Juan José Campanella, protagonizada, entre otros, por Ricardo Darín y ganadora, en 2010, del Oscar a la mejor película extranjera. Después de aquel diálogo, Darín va en busca del asesino, ¿a dónde si no? Efectivamente, a un estadio de fútbol, en concreto al Tomás Ducó, feudo de Huracán. A Huracán, por cierto, le falta en sus vitrinas el trofeo más preciado: la Copa Libertadores.
Sirva esta anécdota cinematográfica para constatar una realidad plenamente contrastada: en ningún lugar del mundo se vive el fútbol con la pasión con la que se hace en Sudamérica. El próximo sábado 23 de noviembre, River Plate y Flamengo disputan el partido más importante del año, la final de la 60ª edición de la Copa Libertadores. Lo harán en el estadio Monumental de Lima, el más grande de todo el Sur del continente, después de que el lugar escogido inicialmente, Santiago de Chile, fuera descartado por la inestable situación en la que se encuentra inmerso el país andino.
Banco Santander es actualmente patrocinador oficial de la Conmebol Libertadores. Es una historia que se remonta a 2008 y que constituyó la primera apuesta del Banco por el deporte de alta competición.
¿Sabías que…?