Como hemos visto en el capítulo 1, hay una brecha entre la confianza que los encuestados creen tener sobre cuestiones financieras y su conocimiento real. A través de la educación financiera, se podría ayudar al público y reducir esta brecha fomentando el conocimiento. Además, es algo que podría impulsar el ahorro y crear una cultura de inversión, lo que a su vez contribuiría al crecimiento económico.

Principales conclusiones de los diez mercados:

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  • Pese a tener grandes ambiciones financieras, los encuestados no utilizan recursos didácticos: Solo el 20 % afirman haber participado antes en un curso sobre educación financiera, mientras que el 78 %no recuerdan haberlo hecho nunca.
  • Los encuestados reconocen las ventajas que podría tener la educación financiera: Pese a lo anterior, cuando se les preguntó al respecto, mencionaron la capacidad de tomar mejores decisiones (64 %), la gestión eficaz del dinero y la deuda (59 %), y la capacidad de elaborar un presupuesto bien estructurado (52 %) como las tres ventajas principales.
  • Los encuestados desean seguir aprendiendo sobre ciertas áreas: La inversión (63 %), el ahorro (61 %) y los impuestos (51 %) son las áreas de educación financiera acerca de las que los encuestados expresaron su deseo de haber aprendido más en edad escolar.

Pese a las ventajas de la educación financiera, los encuestados confesaron no participar en cursos ni usar los recursos disponibles. Casi cuatro de cada cinco (78 %) no recordaban haber realizado nunca un curso sobre educación financiera, ya fuese en el trabajo o a título personal, y esta situación era mucho más común en el Reino Unido (87 %) y España (84 %). Por otro lado, el 33 % de los encuestados de EE. UU., el 28 % de Brasil y el 25 % de Argentina afirmaron haber realizado un curso sobre educación financiera.