Introducción
En un mundo cada vez más digital e incierto, las personas toman pequeñas decisiones financieras a diario, pero solo una de cada diez afirma sentirse muy informada1 sobre cómo gestionar su dinero. Las herramientas digitales pueden hacer que las tareas financieras sean más sencillas e intuitivas, pero también requieren nuevas competencias y conllevan distintos riesgos. Mejorar la alfabetización financiera es fundamental para las personas y aporta beneficios sociales y económicos más amplios.
El nuevo informe global de Santander, El valor de aprender, es una encuesta pionera realizada a casi 20.000 personas en diez países2 que analiza los problemas de la educación financiera y plantea soluciones prácticas.
1. Hace referencia al primer punto de las conclusiones principales del Capítulo 1 … Las personas tienden a pensar que saben más de lo que realmente saben sobre cuestiones financieras. El 61 % de las personas encuestadas afirma tener conocimientos financieros, pero solo un 11 % dice sentirse muy informada.
2. Argentina, Brasil, Chile, México, Polonia, Portugal, España, Reino Unido, Estados Unidos y Uruguay.
¿Qué es la educación financiera?
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) describe la educación financiera como el proceso a través del que las personas pueden ampliar sus conocimientos sobre productos, conceptos y riesgos financieros, y desarrollar habilidades que les ayuden a tomar decisiones financieras informadas. Por tanto, no consiste únicamente en proporcionar información y asesoramiento, sino en fomentar las competencias financieras y promover hábitos saludables en este sentido1.
La alfabetización financiera puede definirse como la sensibilización, los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los comportamientos que nos permiten tomar decisiones económicas acertadas y tener hábitos financieros saludables. Los aspectos clave incluyen elaborar y cumplir presupuestos, controlar los gastos, comprender los conceptos básicos del ahorro para hacer frente a necesidades futuras, invertir para aumentar el patrimonio y entender cómo funcionan el crédito y la deuda2.
Tal como describe la OCDE, la educación financiera es el proceso mediante el cual se adquieren conocimientos y competencias financieras, mientras que la alfabetización financiera se refiere al nivel resultante de conocimientos, actitudes y comportamientos que permiten tomar decisiones financieras informadas.
1 National Strategies for Financial Education: OECD/INFE Policy Handbook (en inglés)
2 Ibid 3 OECD/INFE 2023 International Survey of Adult Financial Literacy (en inglés)
El compromiso global de Santander con la educación financiera
En Santander, sabemos el valor que el bienestar financiero tiene en la vida de las personas. Por eso, la educación financiera está en el centro de nuestra labor como banco.
La educación financiera puede ayudar a las personas a elaborar un presupuesto para gestionar sus ingresos, comprender la importancia del ahorro y alcanzar sus metas económicas. En una sociedad cada vez más digital, también contribuye a generar conciencia sobre los riesgos —como el fraude o la ciberseguridad— y a proteger el dinero de las personas. Gracias a estos beneficios, creemos que las sociedades con mayor nivel de educación financiera son también más productivas, lo que a su vez impulsa un mayor crecimiento económico.
Sabemos que la clave para aumentar los niveles de alfabetización financiera reside en facilitar el acceso a orientación y herramientas de alta calidad que permitan a las personas mejorar sus competencias de manera eficaz.
Desde 2012, Santander se ha comprometido a ofrecer educación financiera para mejorar el acceso y la gestión de las finanzas de las personas, dándoles herramientas para prosperar.
La educación financiera genera beneficios netos para la sociedad, ya que mejora la confianza de las personas en la gestión de su dinero y mejora su salud financiera, y les permite desempeñar un papel más activo en la economía a través del ahorro y la inversión.
El conocimiento financiero sigue siendo limitado
Y las personas tienden a sobrestimar sus propias capacidades; la confianza disminuye en los entornos digitales; el acceso a la información financiera es cada vez más digital y proviene de una amplia variedad de fuentes y actores; asimismo, el fraude y las estafas son cada vez más frecuentes.
Clara disposición a mejorar la manera en que las personas gestionan y comprenden sus finanzas
Sin embargo, la educación financiera sigue siendo inaccesible para muchos. La inversión, el ahorro, los impuestos y la elaboración de presupuestos se sitúan entre las principales áreas de interés en todos los mercados.
No existe un consenso público sobre quién debe impartir la educación financiera para adultos
Ya que la responsabilidad se reparte entre las empresas y otros actores; no obstante, la ciudadanía considera que las escuelas y los padres desempeñan un papel fundamental en la educación financiera de los niños.
Educación financiera en Santander
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