25/11/2024
Carlos Nomura
Responsable de Productos Globales de Getnet
La infraestructura financiera de América Latina está experimentando cambios drásticos impulsados por las regulaciones en torno a los pagos instantáneos (o rápidos), la banca abierta y las monedas digitales de los bancos centrales. Una gran parte del crecimiento está siendo promovido por los pagos móviles, la aparición de los monederos digitales, los avances tecnológicos y las asociaciones entre los bancos tradicionales y las nuevas fintechs.
América Latina es una región increíblemente diversa de 33 países con 14 monedas diferentes. Aunque la proporción de personas sin cuenta bancaria ha ido disminuyendo en la última década, alrededor del 42 % de los adultos en la región no están bancarizados.
Esto ha creado un ecosistema de pagos vibrante de esfuerzos concertados para impulsar la inclusión financiera, y los avances tecnológicos, enfocados en la evolución del comportamiento del consumidor. A continuación se presentan las principales tendencias.
Para los latinoamericanos, la libertad de elegir su solución de pago preferido es importante y la mayoría de los consumidores confían en métodos de pago alternativos para realizar transacciones. Los comerciantes, por su parte, deben aceptar esta diversidad y ofrecer métodos de pago adaptados a las preferencias locales.
Las billeteras digitales ofrecen los niveles necesarios de conveniencia y seguridad. Han sido ampliamente adoptadas en mercados maduros y ahora están en aumento en América Latina. MarcadoPago o PicPay están entre los más populares.
Otros métodos alternativos de pago populares son los sistemas de pago en efectivo, como Oxxo Pay o Boleto, las soluciones de pago por transferencia bancaria en línea, las tarjetas de prepago en efectivo o los pagos por móvil, como PagSeguro en Brasil.
A pesar de estas nuevas opciones, el efectivo sigue siendo popular. Los billetes y monedas físicos son la forma más común de pagar en las cajas, en parte debido a la falta de acceso a alternativas El uso de efectivo en Argentina se sitúa en el 34 %, mientras que en Brasil es del 35 % y en Colombia, del 42 %.
Los consumidores esperan cada vez más transacciones en tiempo real, y los pagos instantáneos seguirán dando forma al futuro del comercio. Estos no sólo ofrecen mayor comodidad y eficiencia, sino que también aceleran el proceso de identificación de los consumidores, mejoran la seguridad y reducen la probabilidad de retrasos en la ejecución del pago.
Los comerciantes deben prepararse para la adopción generalizada de pagos instantáneos. Los avances en los pagos instantáneos les permiten ofrecer a clientes pagos más rápidos y transparentes con una sólida protección contra el fraude.
En los últimos años se ha producido un auge del comercio electrónico en América Latina y se espera que los beneficios de las ventas online representen casi el 20 % de las ventas minoristas totales en 2026. El comercio electrónico ofrece a las empresas la oportunidad de expandirse a otros países, pero América Latina no siempre ofrece las facilidades en tipos de cambio y pagos de un solo click, a las que las organizaciones están acostumbradas en otros mercados, como Europa.
Los altos costos de intermediación, los tiempos límite de procesamiento y la falta de interoperabilidad entre sistemas dificultan el comercio transfronterizo. Además, el panorama de pagos fragmentado de América Latina y la gran población no bancarizada agravan aún más el problema.
A pesar de estos obstáculos, 2024 ha sido testigo de cambios en la región, impulsados por regulaciones sobre pagos instantáneos, banca abierta y, en algunos casos, monedas digitales de bancos centrales que apuntan a promover la inclusión financiera y un acceso más amplio a la economía digital. Por ejemplo, el banco central de Brasil ha publicado una lista de 13 “temas de desarrollo” para su segunda gran fase de experimentación con monedas digitales de banco central (CBDC), llamada DREX.
Se espera que las mejoras de infraestructura en varios países impulsen el crecimiento de los ingresos por pagos electrónicos y los proveedores de servicios de pago están trabajando en la modernización de los sistemas de procesamiento para permitir transacciones transfronterizas seguras y sin inconvenientes.