Las reformas del sector bancario posteriores a la crisis financiera ayudaron a amortiguar el impacto de la crisis Covid-19

El Banco de Pagos Internacionales (BIS) publicó un informe analizando el impacto de las reformas bancarias en respuesta a la crisis financiera mundial de 2007-09 a la luz de la pandemia del Covid-19.

Las reformas regulatorias post-crisis de Basilea, establecidas por el BIS en respuesta a la crisis financiera mundial de 2007-09, tenían como objetivo reforzar la regulación, la supervisión y la gestión de riesgos de los bancos. El informe ofrece una evaluación preliminar sobre si las reformas aplicadas hasta la fecha han funcionado como se pretendía, teniendo en cuenta cómo se comportado el sector financiero durante la crisis del Covid-19.

Algunas de las principales conclusiones iniciales del informe son las siguientes:

• Las reformas ayudaron a amortiguar el impacto de la crisis de Covid-19, permitiendo al mismo tiempo a los bancos seguir proporcionando crédito a la economía: El informe considera que "la mayor calidad y los niveles más altos de capital y liquidez de los bancos les han ayudado a absorber el considerable impacto de la crisis del Covid-19 hasta ahora, lo que sugiere que las reformas de Basilea han logrado su objetivo general de reforzar la resiliencia del sistema bancario", permitiendo que el sector siga desempeñando sus funciones fundamentales, como la provisión de crédito y otros servicios críticos. En este sentido, el informe señala el hecho de que "ningún banco internacional activo ha quebrado o necesitado ayudas significativas del sector público desde el inicio de la pandemia".
• Sin embargo, cabría realizar algunos ajustes en cuestiones particulares: Aunque el informe no propone ninguna revisión concreta del marco, reconoce que habría que seguir estudiando los colchones de capital y liquidez, la posible prociclicidad del marco regulatorio en algunos aspectos y el tratamiento de los depósitos del banco central en la ratio de apalancamiento. Por ejemplo, en lo que respecta a los colchones de capital, el informe afirma que no está claro si la reticencia a utilizarlos "refleja la incertidumbre de los bancos con respecto a las posibles pérdidas futuras o el estigma que el mercado podría aplicar a un banco que los utilizara".