Cada vez más organizaciones descubren nuevos beneficios en la gestión del talento humano en las empresas. Dos técnicas de desarrollo que han aumentado su popularidad en el mundo laboral son los anglicismos de “entrenamiento” y “mentoría”. Sin embargo, a veces estas metodologías se pueden confundir. A continuación, descubrimos las particularidades de cada uno de ellos.

El progreso de las personas surge con la combinación de muchos aspectos entre los que se encuentran las habilidades laborales como las competencias o las actitudes. La formación académica no es el único diferenciador a la hora de desarrollar una carrera profesional. Hay algunas que son innatas de los individuos, aunque es importante potenciarlas, mientras que otras se pueden desarrollar. En cualquier caso, trabajar en las distintas capacidades y conocimientos es un aspecto que, en la era de la digitalización, es fundamental para destacar en el mercado laboral. 

Por ello, crecen las empresas que recurren a técnicas como el coaching o el mentoring. El objetivo es formar a profesionales en la adaptabilidad a entornos cambiantes y así estar preparados para afrontar nuevos retos. Por supuesto, son fórmulas que puedan aplicarse a la vida laboral y también a nivel personal. 

¿Qué es el coaching?

El coaching consiste en una metodología que se centra en acompañar a una persona durante su camino hasta llegar a un objetivo. Por ejemplo, supongamos que Ariadna tiene unas altas dotes analíticas que le han permitido desarrollarse en el campo de la economía. Sin embargo, cuando se trata de hablar en público, tiene dificultades dado que no puede controlar los nervios y siente que su inseguridad no para de crecer. El coaching o entrenamiento -guiado por una persona especialista, conocido como coach - puede ir dotándole de las herramientas que necesita para superar ese temor. Ariadna no tendrá la respuesta desde el comienzo, sino que irá encontrando las soluciones a través de las reflexiones y las preguntas que formule el coach

Como verás, en este proceso hay una situación que se quiere solventar y una meta por cumplir. Por tanto, estamos hablando de un periodo de tiempo definido que parte del presente hacia un futuro próximo. 

Entre los beneficios que surgen de esta práctica, destacan:

  • El aumento de la capacidad analítica, para determinar objetivos, y reflexiva, para pensar acerca de ellos.
  • El autoconocimiento y la autonomía del individuo.   
  • El progreso en habilidades comunicativas y de socialización. 
  • El bienestar personal: la mejora en la gestión del estrés, motivación, creatividad, etc.

¿Qué es el mentoring?

El mentoring es una técnica que también está enfocada en las personas y su desarrollo, desde otro ángulo. A diferencia del coaching, la persona que dirige la mentoría (el mentor) es alguien que cuenta con una experiencia previa en el asunto que se va a abordar. Es decir, en el mentoring la persona mentora ofrece sus vivencias como ejemplo y articula su discurso en torno a sus emociones, sentimientos o los conocimientos adquiridos a la hora de afrontarlo. Así pues, no es un mero observador o experto, sino que tiene un papel inspirador para otros. 

El propósito del mentoring no es, por tanto, alcanzar una meta determinada, sino servir de referente a la hora de afrontar el futuro. Un ejemplo de ello sería un mentoring de liderazgo femenino en el que mujeres que ocupan posiciones ejecutivas en las organizaciones cuentan sus experiencias a otras profesionales que dan sus primeros pasos en el mundo laboral. 

Principalmente, las ventajas que aporta a aquellas personas que deciden ser parte en una mentoría son:

  • El aumento de redes de networking
  • La consideración de otras visiones y formas de afrontar los desafíos. 
  • El fortalecimiento de una marca personal. 
  • El impulso del desempeño y la confianza. 

Ambas técnicas de desarrollo son buenas formas para potenciar el progreso de las personas, tanto en el ámbito laboral como en el personal. Aunque tengan distintos propósitos y mecánicas, participar en ellas enriquece la forma en la que los profesionales afrontan los retos que se presentan en el día a día, además de aportar útiles herramientas de aprendizaje de habilidades para el futuro.

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