Con el fin de adaptarse a las necesidades de los clientes, la financiación se presenta a través de distintos productos bancarios como los créditos. Independientemente de sus particularidades, es clave que todos ellos se rijan por una gestión responsable tanto por parte de las entidades financieras como por los consumidores contribuyendo así al bienestar financiero de ambos y, en último término, de la sociedad. 

En los últimos años, el sector bancario ha experimentado una importante transformación en su deseo de avanzar hacia un modelo más responsable con sus públicos. Imaginemos, por ejemplo, que Erik ha decidido independizarse. Aunque el espacio alquilado cumple con todos sus requisitos, está sin amueblar. Para decorarlo a su gusto sin que sus ahorros desciendan de golpe, decide acudir a su entidad bancaria y preguntar por el tipo de producto que mejor se adapta a sus necesidades. Tras evaluar su situación, un profesional le ofrece la posibilidad de recurrir a un crédito responsable, indicándole de manera clara y transparente todos los aspectos a considerar en la operación. 

¿Qué es un crédito responsable?

Un crédito responsable es un crédito bancario en el cual una entidad financiera tiene la obligación de analizar la capacidad de pago del solicitante, con el fin de evaluar de forma ética e imparcial su aptitud a la hora de asumir sus obligaciones de pago y evitar además su sobreendeudamiento. Así, podrá tratar de prever un impago, cuyo impacto negativo afecte a la salud financiera del cliente, a la entidad y, en último término, a la sociedad. A su vez, estas entidades se comprometen a ofrecer a los consumidores la información del crédito responsable de manera clara y transparente.

En este sentido, debemos diferenciar el crédito responsable del préstamo responsable. A pesar de que ambos están regidos por la gestión profesional y ética de la entidad financiera, el primero de ellos consiste en un producto bancario en el que se pone al servicio del cliente una determinada cantidad de dinero para que, en función de sus necesidades, pueda disponer de ella. La parte que utilice, junto a unos intereses variables en función de la cantidad usada, deberá ser devuelta en una serie de cuotas. Una vez ocurra esto, el cliente podrá volver a disponer de la línea de crédito, siempre que no supere el límite predeterminado. 

En el segundo producto, la organización proporciona al usuario una cantidad fija desde el principio, que ha de devolver en su totalidad en cuotas regulares durante un determinado periodo de tiempo. En este caso, los intereses serán inferiores que los establecidos en los créditos y el plazo de amortización mayor. Además, cuando se devuelve la cantidad solicitada, se da por finalizada la operación; al contrario que en los créditos, que suelen renovarse anualmente. 

Si quieres conocer más diferencias entre un crédito y un préstamo, puedes leer este artículo de Finanzas para Mortales.

¿Qué implicaciones tienen los créditos responsables en las entidades financieras?

Los Principios de Banca Responsable de las Naciones Unidas, firmados en septiembre de 2019 por más de 130 bancos, incluido Banco Santander, supusieron uno de los principales hitos en el compromiso del sector con la sociedad y el planeta. Así, las entidades financieras avanzan hacia una cartera de productos más justos como los créditos responsables.

Entre otras cuestiones, estas deben:

  • Elaborar productos que se ajusten a los intereses del público: es preciso que se adapten al tipo de usuario al que van dirigidos y satisfagan las necesidades por las cuales el solicitante recurre a productos como los créditos responsables. También debe conllevar una fijación de precios adecuada.
  • Analizar la situación financiera del solicitante: para ello, la entidad recabará aquella información útil proporcionada por el cliente y también podrá recurrir a fuentes externas, con una comunicación previa al usuario, y siempre y cuando la legislación lo permita.
  • Asesorar al cliente en base a sus necesidades: se debe realizar una comercialización justa, recomendando a los interesados aquellos productos que más se ajusten a sus objetivos y preferencias. En todo momento, se informará al solicitante de aquellas condiciones que no se adecúen a su situación con el fin de prevenir un sobreendeudamiento.
  • Evaluar la garantía de la operación: de forma imparcial y honesta, los profesionales deben analizar la situación personal y financiera del cliente, teniendo en cuenta tanto la solvencia del mismo como otros aspectos que puedan impactar directamente en su salud financiera.
  • Ofrecer una información transparente, así como una atención continuada: la comunicación, en todo momento, debe ser clara y sencilla prestando especial atención a aspectos como las consecuencias por situación de impago. Es decir, no puede haber una omisión de información ni presentarse de manera ininteligible. Esto es lo conocido como “letra pequeña”. Por otro lado, la financiación responsable conllevará la adopción de protocolos éticos para resolver posibles quejas o incidencias.

¿Qué impacto tienen los créditos responsables en la salud financiera de los clientes?

Los créditos, como el resto de productos en finanzas responsables, velarán por el bienestar y la protección de los consumidores. A su vez, estos tendrán que asumir una serie de responsabilidades y obligaciones. 

Retomando el ejemplo inicial en el que Erik acudía a su entidad bancaria interesado por un crédito responsable y un profesional le asesoraba de forma transparente, imaginemos que finalmente desea contratarlo. Él, como beneficiario, también debe tener un comportamiento ético, facilitando siempre información veraz y actualizada. Además, debe asumir el compromiso de hacer frente a las obligaciones de pago, regidas por las condiciones acordadas. 

En consecuencia, poseer un conocimiento completo, gracias a la actuación ética de las entidades financieras en el asesoramiento de productos como los créditos responsables; y ser consciente del compromiso asumido por su parte, permitirán a Erik:

  • Tomar una decisión racional: de manera prudente, puede analizar y decantarse por la oferta que, a su juicio y con toda la información necesaria, se ajusta más a sus necesidades. 
  • Mejorar su resiliencia financiera: en otras palabras, optimizar la capacidad que tiene para responder a situaciones adversas que impacten directamente en sus activos. 
  • Evitar el sobreendeudamiento: esto es posible porque conocerá de manera clara el dinero del que puede disponer y los costes asociados, por ejemplo, por intereses.  Conoce más acerca de cómo evitar el sobreendeudamiento leyendo este artículo de Tu Futuro Próximo, el blog de Santander Consumer España. 
  • Aumentar su bienestar personal: tener un conocimiento completo acerca del producto contratado y un asesoramiento transparente acorde a él conlleva un aumento de su tranquilidad y confianza.

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