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Última actualización: 26/11/2020

Manuel Silva Martínez, responsable de Inversiones y socio de Santander InnoVentures, afirma que en un mundo en el que todas las empresas —pequeñas o grandes— se han visto afectadas por la crisis actual, la innovación fintech es ahora más necesaria que nunca para ayudar a la sociedad a orientarse hacia nuevas formas de operar. 

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Manuel Silva Martínez, responsable de Inversiones y socio de Santander InnoVentures
Manuel Silva Martínez, responsable de Inversiones y socio de Santander InnoVentures.

Las órdenes de confinamiento en todo el mundo están provocando cambios en la forma en que las personas y las empresas se relacionan con su ecosistema, en la forma en la que consumen bienes y servicios, así como en la forma en que producen, ahorran y planifican sus finanzas a largo y corto plazo. Si bien los emprendedores están mejor equipados para adaptarse a estas condiciones de mercado tan cambiantes, debido a su carácter innovador y ágil, la severidad y el rápido avance de la pandemia de coronavirus han afectado, no obstante, a muchas empresas fintech. 

Manuel describe tres categorías fintech que han sufrido especialmente en los primeros días de la pandemia: 

  • Aquellas expuestas a actividades que se han desplomado como consecuencia de crisis de demanda, como startups expuestas a los pagos y el comercio offline, o las que prestan servicio a los sectores de la hostelería, las aerolíneas o el inmobiliario, entre otros.
  • Las entidades de crédito en general (aunque en niveles diferentes en función del tipo de negocio de crédito que realicen), por su necesidad de reevaluar sus políticas de riesgos para el futuro y evaluar la salud de su actual cartera crediticia.
  • Por último, las empresas expuestas a los mercados de capitales, bien porque necesitan acceder a ellos para financiarse, bien porque operan en clases de activos nuevas, emergentes o experimentales, como activos tokenizados.


Además, en todas las categorías fintech, algunas etapas del ciclo de vida de una startup son particularmente vulnerables a la situación actual. Por ejemplo, cualquier empresa en proceso o a punto de captar fondos ha desplazado su atención a su base de inversores existente para esos fondos nuevos, en lugar de enfrentarse a la incertidumbre de encontrar nuevos inversores externos. Las fusiones y adquisiciones también se han retrasado o paralizado, ya que es probable que la crisis afecte a las contrapartes de todas estas operaciones. E incluso aquellas empresas que contaban con una financiación adecuada y estaban iniciando una nueva fase de crecimiento (por ejemplo, una empresa que estaba a punto de acelerar su estrategia de marketing o contratación, o de lanzar grandes planes de inversión de capital) han cambiado drásticamente sus planes a corto y medio plazo. 

Por otro lado, cualquier crisis es una oportunidad y, de hecho, algunas fintech están registrando las mejores semanas de su historia gracias a las oportunidades a corto plazo que han aparecido. Por ejemplo, aquellas que están digitalizando su experiencia de usuario en los ámbitos hipotecario, de financiación de vehículos, logística o e-commerce (desde el on-boarding a la infraestructura, el procesamiento de transacciones o el soporte al cliente) están asistiendo a una aceleración de la demanda, ya que normalmente prestan servicio a las grandes empresas consolidadas que ahora necesitan migrar más deprisa de lo esperado a los modelos de servicio digital. Del mismo modo, las empresas relacionadas con la salud financiera o la planificación financiera a largo plazo están experimentando una mayor demanda, en la medida que las personas están reorientando su situación financiera y reevaluando tanto la disponibilidad de crédito a corto plazo como las perspectivas financieras a largo plazo. Por último, las empresas relacionadas con la negociación y los mercados de criptomonedas han experimentado repuntes en su actividad, ya que los inversores han querido aprovechar la volatilidad del mercado en los primeros días de la crisis.

Aunque todavía es pronto para saberlo, algunas de estas oportunidades a corto plazo podrían favorecer también la diferenciación a largo plazo de las fintech. Por ejemplo, aquellas empresas que actualmente ofrecen nuevas experiencias de usuario, la aparición de nuevos servicios de telemedicina, teletrabajo, nuevas formas de transporte, entrega de contenidos, organización del trabajo y mejora de la productividad pueden constituir nuevas oportunidades de negocio para explorar en un futuro próximo. 

Asimismo, los programas gubernamentales están llevando a cabo una enorme movilización de recursos que acabarán volviendo a la economía y a los mercados de capitales, y algunas fintech podrían estar en una buena posición para aprovechar estos recursos y convertirlos en oportunidades de negocio cada vez más diversas. 

Por último, y esta vez desde la perspectiva de la estructura del mercado, la crisis podría proporcionar el entorno adecuado para que algunas fintech consideren oportunidades de consolidación, bien horizontalmente con competidores en distintos mercados o con socios a través de la integración vertical. 

Si bien el mercado observa las tendencias macroeconómicas que afectan al panorama fintech, no podemos olvidar que la reacción de cada startup al entorno cambiante es un conjunto de decisiones individuales e historias muy personales que afectan a pequeños grupos de personas con talento que tratan de convertir su visión y sus ambiciones en realidad. El equipo de Santander InnoVentures se enorgullece de las relaciones estrechas y de la confianza que mantiene con sus empresas en cartera y, por lo tanto, hemos podido comprobar de primera mano que quienes son capaces de adaptarse rápidamente, conservar efectivo y prepararse para futuras oportunidades están encontrando oportunidades en la crisis. 

Manuel afirmó: “Santander InnoVentures ha invertido en más de 30 fintech en América, Europa e Israel en los últimos cinco años y en toda la gama de servicios financieros. Gracias a la experiencia de más de 160 años de Santander, estamos en una buena posición para ayudar a las fintech a entender el entorno al que nos enfrentamos y para ofrecer asesoramiento experto en materia de servicios financieros y en cualquier otra cuestión que pueda ayudar a los emprendedores a atravesar de la mejor forma estos momentos difíciles.

Como ejemplo, nuestra diversidad geográfica implica, entre otras muchas cosas, que aprendemos de diferentes modelos de negocio en todo el mundo que triunfan en condiciones de mercado muy diferentes y podemos ayudar a que nuestras empresas en cartera aprovechen ese conocimiento para sus propios negocios. También impulsamos el intercambio de conocimientos entre carteras y, en general, ofrecemos a los emprendedores nuestro tiempo como un recurso adicional a su servicio. Asimismo, fieles a nuestro mandato, Santander InnoVentures no es solo un inversor, sino que también fomenta la colaboración con nuestras empresas en cartera para la integración de sus servicios en la oferta de Santander en beneficio de nuestros clientes. Apostar por estas alianzas en un momento tan crucial como el actual es la mejor forma de contribuir al éxito de nuestras empresas en cartera y ser el mejor socio para nuestras startups”. 

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