En tu vida personal o a nivel profesional, seguramente las metas forman una parte fundamental a la hora de imaginar el futuro. Aunque puedas pensar que la clave reside únicamente en la motivación o la constancia para alcanzarlas, hay otros aspectos que son importantes y suelen olvidarse. Uno de ellos es definirlas correctamente. 

Es posible que, en alguna ocasión, hayas ansiado conseguir algo, pero días más tarde quizás desististe. Por ejemplo, practicar deporte dos horas por semana, sacarte el carné de conducir, ahorrar para comprarte un reloj inteligente o cualquier propósito que te hayas marcado.

Aunque la disciplina es fundamental para lograr tus objetivos, muchas veces uno de los errores más fundamentales se encuentra en la primera etapa: su definición. Para lograrlo, existen criterios y metodologías que pueden ayudarte en ello. Uno de los más populares está tras el acrónimo en inglés SMART.  Este método reúne cinco requisitos, un principio básico por cada letra, que debes tener en cuenta a la hora de fijar metas para lograr tus objetivos.

Las finanzas personales son uno de los ámbitos más habituales para aplicar estos criterios. De todas maneras, su aplicación puede llevarse a cabo tanto a nivel personal como profesional, de forma individual para un proyecto o si una empresa quiere fijar sus objetivos a nivel estratégico.

S de específico (specific)

Desplegable

El primer paso es definir qué quieres hacer. Aunque parezca algo obvio, puede que tengas ideas aproximadas, pero no estés seguro del propósito final. Además de esta pregunta, en función del objetivo, pueden surgir otras como dónde o quiénes, en el caso de que la ubicación u otras personas sean relevantes para cumplirlo. Un ejemplo de ello sería ahorrar para costear la totalidad de un viaje.

M de medible (measurable)

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Cuantificar el objetivo te permitirá dividirlo en fases y analizar si vas logrando avances en él. Siguiendo con el caso del ahorro, la cantidad que vayas consiguiendo en cada fase te dará una idea certera del progreso.

A de alcanzable (achievable)

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Debe tratarse de una meta realista y razonable. Aunque tengas que lograr una determinada cifra económica en un plazo de tiempo, esto no quiere decir que todo lo que ingreses al principio lo puedas destinar a ello. Deberás fijar una cuantía realista que, tras planificar tus gastos e ingresos, puedas reservar sin que comprometa tu salud financiera cuando recurras a ella.

R de relevante (relevant)

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Este criterio te ayuda a descubrir si vale la pena el esfuerzo o si te encuentras en el momento oportuno para llevarlo a cabo. Quizás, aunque tu situación económica y personal te lo permita, puede que tengas otras prioridades.

T de tiempo limitado (time-bound)

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Fijar, en un periodo de tiempo, la consecución de un objetivo te resultará fundamental para mantener una constancia.

Así, entre los beneficios de la metodología SMART, podrás experimentar un mayor compromiso con los objetivos, además de seguridad, al poder ver que los vas cumpliendo. Todo ello será posible porque gestionarás mejor tu tiempo y los esfuerzos que dedicas a cada meta. Sin duda alguna, un esfuerzo que impulsará las probabilidades de completarlos.

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