Cuando piensas en un banco, quizás la primera idea que te viene a la cabeza sea aquella entidad en la que gestionas tus finanzas, a través de productos y servicios financieros como las cuentas corrientes o las transferencias de dinero. Sin embargo, hay una institución monetaria, cuya actividad no es comercial, que juega un papel clave en la economía, y que también recibe ese nombre: el banco central. 

Un banco central es una entidad de carácter público que es responsable de ejecutar la política monetaria y gestionar la moneda de una nación, o conjunto de ellas, y supervisar la oferta monetaria. Entre las funciones principales de los bancos centrales se puede destacar que:

  • Definen la política monetaria: mediante ella los bancos centrales buscan establecer unos objetivos macroeconómicos como garantizar la estabilidad de precios y el crecimiento económico. Para ello, las autoridades monetarias disponen de instrumentos como los tipos de interés oficiales, que influyen en el coste del dinero. En función de la marcha de la economía, los bancos centrales optarán por incrementar los tipos de interés oficiales (para controlar la inflación, por ejemplo) o bajarlos (para estimular el consumo y propiciar el crecimiento económico).

  • Regulan la circulación fiduciaria: es la autoridad competente en la emisión de monedas y billetes, la masa monetaria, y regula la cantidad de dinero que existe en circulación.  Esta acción se realiza con el objetivo de inyectar liquidez a la economía para que los distintos agentes económicos (las familias, las empresas y los Estados) la puedan utilizar en sus transacciones. Respecto a las divisas, los bancos centrales también se encargan de las operaciones para lograr la estabilidad en el tipo de cambio, así como de poseer y controlar sus reservas oficiales.

  • Supervisan el mercado interbancario: aseguran el cumplimiento de las leyes en materia financiera que correspondan y vigilen el correcto funcionamiento de los sistemas de pago nacionales.

  • Prestan liquidez a los bancos comerciales, si así se requiere por cuestiones de solvencia: al margen de los préstamos que se realizan entre entidades en el mercado interbancario -mencionado en el punto anterior-, los bancos comerciales pueden recibir también liquidez por parte de los bancos centrales, a cambio de activos como bonos públicos en forma de garantía. Esta acción supone que, en caso de necesidad, las entidades bancarias comerciales puedan cubrir sus necesidades a corto plazo, mientras que los bancos centrales tratan de garantizar una estabilidad en los precios, al mediar en los flujos de crédito.

  • Ejercen un papel de asesoría: generan de forma periódica estudios e informes útiles para la toma de decisiones, por ejemplo, de los gobiernos. 

Todo ello lo hacen, independiente del poder político, con el objetivo de velar por la estabilidad del sistema financiero. Por ello, las decisiones de los bancos centrales dependen directamente del órgano que supervisa dicha autoridad monetaria.

¿Qué bancos centrales existen?

Los bancos centrales representan la autoridad monetaria de un país, pero también es posible que represente un conjunto de ellos. La zona euro es un ejemplo de una autoridad monetaria de un conjunto de naciones. En ese caso dicha potestad recae en el Eurosistema, que está compuesto por dos partes fundamentales: por un lado, el Banco Central Europeo (también conocido por sus siglas BCE); y por otro, los bancos centrales nacionales de los Estados miembros de la eurozona, que tienen el euro como moneda oficial. El Banco de España, el Bundesbank alemán o el Banco Nacional de Polonia (Narodowy Bank Polski, NBP) son algunos ejemplos.

Como hay países que, aun siendo miembros de la Unión Europea, no forman parte de la zona euro, el Eurosistema coexiste junto a otro organismo llamado Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC).  En él está tanto el Banco Central Europeo como todos aquellos bancos centrales nacionales de los países que conforman la Unión Europea, tengan o no el euro como divisa oficial. 

En el continente americano, también se puede destacar la Reserva Federal de Estados Unidos. Conocida por sus siglas FED (Sistema de Reserva Federal), es el banco central estadounidense y se encarga de realizar las funciones previamente nombradas para velar por la economía del país y su divisa, en este caso, el dólar. 

Sin salir de América, otros ejemplos de bancos centrales serían Banxico, perteneciente al país mexicano; o Banco Central do Brasil, de la nación brasileña.

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