Es habitual que un Estado pida dinero prestado cuando sus ingresos no son suficientes para alcanzar sus necesidades presupuestarias. Te explicamos en qué momento un país acude a este tipo de financiación, cómo lo hace, a quién le pide el dinero y cuáles son los métodos más utilizados.

¿Alguna vez te has preguntado de dónde sale el dinero que necesitan los países para su funcionamiento? Aunque parece un tema muy complicado, la realidad es que –guardando las distancias- las finanzas de un país tienen muchas similitudes con las de una persona o familia. Por ejemplo, cuando en nuestros hogares el dinero que ganamos no es suficiente para adquirir un bien, contratar un servicio o realizar alguna otra transacción económica, solemos acudir a créditos, préstamos, hipotecas, entre otros mecanismos de financiación.

Pues bien, con los países ocurre lo mismo: cuando la recaudación de impuestos, que es la principal fuente de ingresos de un Estado, no cubre los gastos de las administraciones, para pagar los proyectos de inversión estatal o sostener el denominado Estado del bienestar, también es habitual que pidan dinero prestado. A dicho dinero solicitado se le denomina deuda pública o deuda soberana mientras que al saldo negativo que origina la necesidad de financiación se le conoce como déficit público.

¿Cómo funciona la deuda pública?

Ahora que ya sabes que los países también se endeudan para obtener liquidez, seguramente estarás pensando en quién les presta el dinero y cómo funciona dicho préstamo. Para recibir financiación, los Estados emiten títulos de deuda pública en los que reflejan la obligación de pago contraída con el inversor que los adquiere y las condiciones establecidas para la devolución del dinero. Este tipo de títulos son emitidos por las administraciones centrales, administraciones locales y algunos organismos públicos. A su vez, cualquier inversor, ya sean ciudadanos o instituciones privadas o públicas del mismo país o del extranjero, puede comprar estos activos. A continuación, te explicamos los tres principales tipos de títulos que existen:

Letras del Tesoro

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Este es el título que tiene el menor plazo de vencimiento (3, 6, 12 y 18 meses), por lo que es utilizado, por norma general, cuando los Estados necesitan financiación a corto plazo y al menor coste posible. La tasa de interés que paga el emisor de las letras a los inversores es de tipo fijo y más baja que otros mecanismos de financiación, puesto que, al comprometerse a devolver el dinero en poco tiempo, el precio de estos títulos en los mercados se mantiene estable.  Se consideran de bajo riesgo financiero.

Bonos del Estado

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Se trata de un título emitido con un plazo de vencimiento de entre dos y cinco años. El inversor le presta el dinero al Estado, que se compromete a devolver los recursos cuando expire el vencimiento e ir pagando anualmente un porcentaje de intereses fijados previamente, también conocidos como cupón.

Obligaciones del Estado

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El funcionamiento de este tipo de títulos de deuda es, básicamente, el mismo que el de los bonos. El Estado también paga una tasa de interés fija anual (cupón) al inversor, pero la principal diferencia está en el plazo de vencimiento, que es de entre 10 y 30 años. Es común que las obligaciones sirvan, además, para hacerse una idea de cuál es la confianza de los mercados en la economía de un país, puesto que se trata de la capacidad de pago a futuro.

Como hemos visto, el Estado puede recurrir a la emisión del título de deuda que mejor se adapte a sus necesidades de financiación. Un ejemplo muy sencillo, podría ser el caso de un país que necesita acometer la construcción de una red de autopistas, pero no tiene suficientes recursos económicos para hacerlo. Entonces, dicho Estado decide emitir bonos -recordemos que su plazo es de 2 a 5 años- para conseguir el dinero que necesita para la obra, con el compromiso de ir pagando los intereses (cupones) del préstamo hasta la fecha de vencimiento. Llegado ese momento, el país estima que ya habrá reunido la cantidad de deuda contraída y que necesita devolver.

¿Cuándo el nivel de deuda pública es malo o bueno?

Una forma que existe para hacerse una idea de cuánto de endeudado está un país es comparando el valor de su deuda pública con el producto interior bruto (PIB). Por ejemplo, si un país debe 70 millones de euros y su PIB es de 100 millones entonces tendría, en teoría, la capacidad de pagar sus obligaciones totales destinando el 70 por ciento de su producción económica durante un año. Cuanto menor sea el porcentaje, mayor capacidad de pago teórica tendrá, mientras que si el porcentaje de deuda es muy elevado respecto a lo que produce aumentará el riesgo de que no lo pueda pagar.

Sin embargo, no es posible hablar con exactitud de un nivel bueno o malo de deuda, puesto que depende de la realidad económica de cada país y de sus necesidades de gasto e inversión. Hay algunos que son capaces de afrontar niveles altos de deuda gracias a que los mercados financieros confían en su capacidad de pago, como es el caso de Japón, una de las tres mayores economías del mundo, que acumula una deuda superior al 250 por ciento de su PIB.

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