“Descubrí que padecía autismo a los 50 años”, dice nuestro compañero Manoj, quien reflexiona sobre las maneras en las que su mánager le ayudó a incorporar pequeños cambios en la forma en la que trabajaba, para desarrollar todo su potencial.

Manoj Masuria, a la edad de 50 años, conoció su diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA). Ahora, con el apoyo de su mánager en Santander UK, busca ayudar a otras personas a mejorar su comprensión sobre las distintas formas en las que el cerebro de una persona procesa la información.

Manoj -o Mani, como le conocen popularmente- es director de formación y desarrollo de prevención del crimen financiero en nuestra filial británica. En el pasado, adaptaba su conducta, de manera inconsciente, según las situaciones sociales, para sentir que encajaba; un mecanismo de defensa psicológico conocido con el término masking (o enmascaramiento), pero ahora Mani puede ser él mismo.

Durante la Semana de la Neurodiversidad, celebrada del 18 al 24 de marzo, Mani compartió su historia en Santander UK. Aprender más acerca de su diagnóstico y contar con el apoyo indudable de Aiden Dye, mánager sénior de formación y desarrollo, fueron claves en su avance profesional, tal y como afirma.

Esta historia ejemplifica nuestro compromiso con el fomento de una cultura inclusiva en todo el grupo. En este sentido, hemos elaborado una guía completa sobre el apoyo a los compañeros con neurodivergencia (término que describe a las personas cuyas diferencias cerebrales afectan a su forma de trabajar y reaccionar). Entre otras aplicaciones, hemos introducido ajustes en nuestro proceso de evaluación para hacerlo más inclusivo.

Manoj Masuria
Manoj Masuria

Un shock, pero la ayuda estaba al alcance de la mano

Mani estaba apoyando a su madre en su diagnóstico tardío de trastorno del espectro autista cuando empezó a cuestionarse su propio comportamiento. "Noté rasgos similares en mí y pensé que estaba repercutiendo en mi madre", recuerda. "No podía expresarme porque no entendía por lo que estaba pasando".

Después de una de sus frecuentes sesiones individuales con Aiden, se conectó a la aplicación Help@hand, un servicio de salud digital que forma parte de los beneficios para los profesionales en Santander UK, donde le recomendaron que consultara a su médico sobre un diagnóstico de TEA.

“Fue un shock, pero Aiden fue un aliado muy bueno y me dijo que abrazara el cambio y aseguró que tendría apoyo,” dijo Mani. "Tenía una visión negativa del autismo o de alguien que no es neurotípico (término que describe a una persona cuyas funciones cerebrales son consideradas habituales o esperadas por la sociedad). Cuando fui a terapia, conocí el fenómeno de masking y me di cuenta de que esto es lo que hago”.

Impulsando el potencial

Aiden recuerda la importancia del diagnóstico de trastorno del espectro autista de Mani: “Tuvo mucho sentido para los dos. Lo que creíamos que eran lagunas en su desarrollo se debían a que es una persona con neurodivergencia”.

“Mani me explicó que si alguien pasaba a nuestro lado mientras caminábamos, no podía concentrarse en lo que le decía porque se sentiría distraído por esa persona. Mi experiencia en esa situación era muy distinta, mi enfoque no se interrumpía. Hubo muchas cosas como esa que empezamos a explorar y me ayudó a entender mejor”.

Al crear un entorno en el que Mani sentía que podía ser él mismo, Aiden también le acompañó en el impulso de su potencial. "Mani tiene muchas habilidades en varias cosas y ahora se las asignamos a él", dice Aiden.

"Hay mucho que celebrar sobre la neurodiversidad: hay excelencia y capacidad, y hemos disfrutado aprendiendo sobre ello".

Pequeños cambios, grandes resultados

Mani ha llevado a cabo "ajustes razonables" para poder trabajar de forma más productiva. Por ejemplo, necesita tiempo de concentración, así que bloquea su agenda y elimina todas las notificaciones push. Si algo es urgente, Aiden llama a su móvil.  Mani considera que llevar auriculares con cancelación de ruido silencia su entorno. Es hipersensible a la luz, así que utiliza el "modo oscuro" en sus herramientas informáticas.

En Santander tenemos en cuenta las necesidades de todas las personas, desde las políticas que redactamos para los profesionales que trabajan con nosotros hasta los productos que presentamos o las apps que desarrollamos para nuestros clientes.

Al encontrar soluciones para apoyar a las personas con neurodivergencia, damos cabida a las necesidades, aliviamos molestias y aumentamos las oportunidades tanto para nuestros equipos como para nuestros clientes.

Se estima que, entre el 15% y el 20% de la población, tiene neurodivergencia, según diversos estudios de expertos, y estamos comprometidos en abracar las diferencias neurológicas entre las personas y a animar a todos nuestros profesionales a expresarse.

Mani está colaborando con la “Red Enable,” la comunidad de profesionales de Santander que promueve el apoyo de personas con discapacidad, para impartir sesiones de formación sobre neurodiversidad a algunos de nuestros proveedores.

"Las necesidades de cada uno son diferentes", afirma. “No existe una solución única para todas, pero se puede dar a las personas una opción para que aquellos que son neurodivergentes puedan controlar las cosas que les resultan desafiantes”.

“Es importante recordar que solo porque a nosotros nos guste algo de cierta manera, no significa que a otros les gustará. Necesitamos ser tolerantes con las diferencias neurológicas”, asegura Mani. 

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