La cadena de bloques (blockchain, en inglés) es una base de datos que permite almacenar información de un modo novedoso y las aplicaciones que puede tener son muy variadas. Muchas de ellas están aún en proceso de descubrimiento y desarrollo. Te contamos algunos de los ejemplos más avanzados.

Blockchain se ha dado a conocer a través de las criptodivisas, pero sus usos van mucho más allá.

usos futuros blockchain

  1. Pagos. Blockchain se da a conocer con la aparición de Bitcoin, por lo que es imprescindible hablar de cómo esta tecnología se aplica a los pagos. La cadena de bloques permite la transferencia de criptoactivos de forma rápida y segura. Protocolos basados en blockchain pueden ser autónomos y descentralizados, lo que permite la creación de un criptoactivo sin necesidad de entidades controladoras, supervisoras o centralizadas.

  2. Reducción del fraude, financiación de terrorismo y blanqueo de capitales. Todas las transacciones que ocurren sobre un blockchain dejan registro, por tanto, la tecnología tiene el potencial de reducir el fraude, la financiación del terrorismo y el blanqueo de capitales gracias a la trazabilidad de operaciones, siempre y cuando no se permita el anonimato. En los primeros años de la tecnología blockchain, algunos criptoactivos sí fueron usados para fines ilícitos debido a que las autoridades aún no usaban la trazabilidad del blockchain para perseguir estos crímenes. Hoy en día, según Chainalysis, solo el 0.15% de las transacciones en criptodivisas son para fines ilícitos.

  3. Registro de datos. En industrias o procesos intensivos en el registro de datos, blockchain ofrece una ventaja comparativa frente a las bases de datos tradicionales. Por ejemplo, en transacciones de comercio exterior se precisa del procesamiento y firma de numerosos documentos en un proceso tan engorroso que, en muchas ocasiones, un cargamento de barco puede llegar a su destino antes de que todos los documentos estén en regla, impidiendo el despacho de las mercancías. El registro de todos los documentos en blockchain permite no solo que se puedan firmar de forma telemática, sino tener perfecta trazabilidad de gran parte de los procesos que conlleva la operativa de comercio exterior en una empresa.

  4. Propiedad intelectual. Similar al registro de datos, el registro de la propiedad intelectual en blockchain puede proteger la autoría de trabajos originales de forma segura y fácil. La última novedad en este aspecto se centra en los NFT, tokens únicos que, aplicados al arte, pueden garantizar el pago de royalties. Por ejemplo, en la actualidad si un artista pinta un cuadro, solo se llevará el dinero correspondiente a su primera venta. La falta de trazabilidad de las operaciones posteriores evita que pueda beneficiarse de una reventa posterior a un precio más alto. Con los NFT esto quedaría salvado, ya que pueden tratarse como una copia digital y única de ese cuadro. Al estar registrado y ser transferido a través de un blockchain, se podrá conocer el momento exacto de la venta, así como su precio, de forma que el autor de la obra pueda beneficiarse de la revalorización de su obra.

  5. Educación. De forma reciente, escuelas de negocios, universidades e incluso asociaciones de emisión de certificaciones emiten certificados de cursos y formación a través de blockchain. Esta aplicación de la tecnología evita el fraude en el currículum vítae de candidatos a puestos de trabajo, siendo además verificable de forma rápida y sencilla.

  6. Mercados financieros. Las aplicaciones a los mercados financieros están aún por explorar. La bolsa de Alemania ha probado el uso de la tecnología blockchain para emitir bonos de diferentes emisores, lo que ofrece una trazabilidad completa sobre los tenedores de los bonos. Más allá de eso, la posible sustitución de cámaras de compensación o las mejoras en eficiencia en los procesos de conciliación pueden ser aplicaciones futuras a este sector.

  7. Smart contracts. Son una de las aplicaciones que, junto con medios de pago, fue originaria en blockchain. La red de Ethereum es la base de estos contratos inteligentes, que buscan simplificar procesos en base a programas de cláusulas “ITTT” (if this… then that…). Los smart contracts se aplican ya a microseguros, sistemas de crowdfunding o transacciones que precisan de fedatarios. 

Este artículo tiene exclusivamente carácter educativo y no refleja la opinión ni la estrategia de Banco Santander. Tampoco debe tomarse como asesoramiento financiero.

Nota: Los criptoactivos están expuestos a un elevado riesgo de iliquidez y pérdida total o indisponibilidad temporal del capital invertido, por tratarse de productos muy especulativos, con extrema volatilidad de precios y fuertes oscilaciones sobre su valor. Los criptoactivos no están regulados y pueden no ser adecuados para inversores minoristas. Sus precios se constituyen en ausencia de mecanismos que aseguren su correcta formación, como los presentes en los mercados de valores regulados. Asimismo, su fuerte dependencia tecnológica puede conllevar fallos operativos, amenazas cibernéticas y riesgos derivados de la custodia de los criptoactivos por el marco jurídico aplicable, así como en caso de robo o pérdida de credenciales o claves. Los criptoactivos también podrían entrañar riesgo de fraude o de blanqueo de capitales. Los criptoactivos podrían no enmarcarse en la regulación de la UE, en cuyo caso no se contaría con la protección prevista en dicha regulación y el capital invertido en los mismos no estaría cubierto por mecanismos como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversiones. La resolución de cualquier conflicto podría resultar costosa.

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