Última actualización: 10/02/2023

La identidad de una persona refleja su esencia, su forma de ser y de actuar. Con las empresas ocurre lo mismo. Las marcas ayudan a diferenciar una compañía o producto del resto y a transmitir a los stakeholders los valores que nos identifican y que nos mueven. Es, por lo tanto, uno de los activos intangibles más valiosos y de mayor importancia en el mundo empresarial. 

La marca de una empresa va más allá de la imagen que identifica a la organización y se convierte en la representación de sus valores y cultura corporativa. Es un activo intangible que genera sentimientos como el de pertenencia, confianza, o identidad entre las personas que se relacionan con ella (por ejemplo, empleados, clientes, accionistas e inversores o la sociedad en general). Por tanto, además de diferenciar a una compañía de otra, la marca sirve para generar valor más allá de lo tangible. 

Si cuando ves el logotipo de un restaurante, una bebida, un equipo de fútbol o un banco tienes recuerdos o sentimientos, significa que dichas empresas han creado vínculos contigo. El objetivo que tienen es que cuando veas su marca, no solo pienses en sus productos o servicios, sino también en determinados atributos y valores (es una empresa innovadora, transparente, comprometida, etc.) u otros aspectos como su responsabilidad social o ambiental, por ejemplo.

En el caso de Santander, nuestra marca es una suma de experiencias que refleja nuestra esencia, cultura y forma de ser y estar en el mundo. Representa nuestro compromiso con el progreso de las personas y las empresas, a través de la construcción de un banco más responsable, donde los criterios ESG son la piedra angular. Elementos visuales como la llama roja es reconocida a nivel mundial y transmite nuestra forma de hacer las cosas: de un modo Sencillo, Personal y Justo.

¿Cómo se crea una marca de valor?

Las marcas, al igual que la sociedad, evolucionan y se adaptan a los contextos y necesidades de los nuevos tiempos. El proceso de definición y desarrollo de una marca es complejo. Requiere del compromiso de la alta dirección y de toda la empresa para gestionarla a largo plazo como un activo estratégico. Para mantener esa relevancia necesita, además, de una inversión constante en su evolución y activación a través de equipos especializados. Solo así se construyen marcas sólidas que incrementan el valor de tus productos y servicios, atraen y retienen el talento, facilitan la internacionalización y actúan como escudos anticrisis. 

Algo que confirma que en Santander estamos en el buen camino es que hemos sido nombrados una de las 100 marcas más valiosas del mundo y la primera de la Eurozona dentro del sector bancario, según la consultora Interbrand en 2022. En esa línea hemos sido reconocidos como la marca española más valiosa del mundo y la financiera con más valor en la Eurozona, según el ranking de Brand Finance en 2023.

Más allá del valor en euros, la relevancia de nuestra marca es cada vez mayor. Santander hoy es una marca global construida en torno a un propósito y valores que reflejan nuestra implicación con el progreso. Aunque nuestros orígenes se encuentran hace más de un siglo y medio, la determinación por seguir construyendo una marca que aporte valor a nuestras audiencias sigue más fuerte que nunca.

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