Como consumidores, las decisiones que tomamos cada día repercuten en nuestra sociedad y en el planeta; por eso, es importante que sean sostenibles y respetuosas con los derechos humanos y el medioambiente. De nuestras acciones en el presente, veremos los efectos en el futuro. Somos parte del cambio para conseguir una economía ética y responsable.

Estás en una tienda. Tienes frente a ti dos productos. Tras leer el etiquetado, decides llevarte el que está fabricado a partir de materiales reciclados porque es más ecológico. Este es un ejemplo de una decisión sostenible, ya que se toma pensando en el medioambiente.

¿Qué es la economía sostenible?

La economía sostenible es aquella que promueve el crecimiento y desarrollo social sin generar un impacto en el planeta, abogando por una sociedad más igualitaria y menos contaminante. Sus objetivos son promover el reciclaje, el uso de fuentes de energía renovables (eólica, solar y/o hidráulica), el mejor aprovechamiento de los recursos naturales, la igualdad de oportunidades laborales y el empleo de calidad.

Esta economía sostenible solo puede llevarse a cabo si se concilian las actividades financieras, empresariales y productivas con medidas que tengan en cuenta la conservación del medioambiente, tanto a corto como a largo plazo. En este artículo de Openbank puedes saber más sobre el desarrollo sostenible. 

¿Cómo desarrollar una sociedad más sostenible?

Si queremos contribuir a la transición hacia una sociedad más sostenible, tenemos que asumir el compromiso de realizar acciones ecológicas en materias, no solo de consumo de bienes y servicios, sino también de movilidad y llevarlas a cabo en todas las decisiones que tomamos en nuestra vida.

Este tipo de medidas medioambientales y sociales deben ponerse en marcha por parte de las organizaciones públicas y las empresas privadas de todos los sectores. Las actividades económicas y gubernamentales deben tener como objetivo una mejor gestión de los recursos naturales, priorizando la conservación del medioambiente para las futuras generaciones.

¿Qué opciones sostenibles tenemos?

Para ser más responsables con el planeta, debemos cambiar nuestros hábitos de consumo, ya que nuestros recursos naturales son finitos. Hacer un buen uso de ellos mitigará el impacto al medioambiente, uno de los principales compromisos que cada vez más organizaciones están asumiendo. 

Para medir su huella ambiental, es decir, el efecto que tiene la actividad económica en la Tierra, las empresas cuentan con diversos mecanismos que les permiten ser conscientes de las áreas a mejorar. Una vía para hacerlo puede ser reducir el consumo, por ejemplo, de energía; mientras que otra apela a la compensación, como las ayudas económicas destinadas por las mismas a la reforestación de los bosques. 

Además, es importante que las organizaciones y las personas avancen juntas en la transición hacia una economía verde. En este sentido, cada vez más entidades bancarias ofertan a sus clientes las llamadas “finanzas verdes” o finanzas sostenibles, productos financieros que consideran diversos factores ambientales, sociales y de gobernanza. Entre los más populares, destacan las hipotecas con interés reducido para viviendas con certificación ecológica, los fondos de inversión verdes, la financiación para la adquisición de un coche eléctrico o la compra e instalación de paneles solares.

En el sector textil, por su parte, se están produciendo cambios en la  creación, por ejemplo, de ropa y calzado con tejidos naturales, ecológicos o reciclados; y la confección de los mismos en talleres locales. 

Otro de los sectores que también está implementando la economía sostenible es el de la automoción, con el aumento de vida útil de los vehículos, la optimización de la fabricación y la apuesta por los modelos eléctricos o híbridos.

¿Por qué cada vez tomamos más decisiones sostenibles?

Tomar decisiones sostenibles no es solo responsabilidad de gobiernos e instituciones, también es una cuestión de la sociedad. Los consumidores cada vez optan más por un estilo de vida ético y menos contaminante, así que buscan empresas afines a esos valores.

Las compañías no son ajenas a este cambio de la conducta, por eso toman en cuenta esa conciencia e interés por la ecología para diseñar sus productos y servicios. Esto es conocido como economía del comportamiento, una rama de la psicología que estudia cómo la sostenibilidad es relevante para los usuarios a la hora de tomar decisiones.

Las personas que escogen consumir bienes y servicios más respetuosos con el medioambiente y la sociedad se sienten comprometidos con el planeta, así que también suelen realizar otras acciones sostenibles en su día a día, como reciclar o comprar de forma responsable. Las nuevas generaciones son las que están más concienciadas con la importancia de formar parte del  cambio, eligiendo invertir, comprar o trabajar en empresas respetuosas con el planeta y los derechos humanos.

Y tú, ¿ya tomas decisiones sostenibles? Si quieres más razones para hacerlo, visita este artículo de Finanzas para Mortales.

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