El uso de los medios digitales, las redes de cooperación y la creciente preocupación por el impacto que tienen nuestros hábitos de consumo sobre el planeta han provocado el nacimiento de nuevos modelos económicos, como es el caso de la economía colaborativa. ¿A qué hace referencia este término? 

Marta necesita vender un par de zapatos que ya no usa, así que los anuncia en una aplicación para la compraventa de artículos de segunda mano. Marta, sin saberlo, está haciendo uso de la economía colaborativa y, cuando venda sus zapatos, disfrutará de los beneficios de este modelo de consumo.

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¿Qué es la economía colaborativa? 

La economía colaborativa o consumo colaborativo es un modelo económico en el que, fundamentalmente, los usuarios se aprovechan de las nuevas tecnologías para prestar, comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios. Es una forma de negocio en constante evolución, ya que continuamente surgen nuevos espacios donde poder hacer uso de ella. 

Este tipo de transacciones no solo beneficia a los usuarios, sino que fomenta un consumo responsable y sostenible que beneficia al planeta, como puedes leer en este artículo de Tu Futuro Próximo.

Tipos de economía colaborativa

La relación que se establece entre las partes es la que determina el tipo de economía colaborativa. En consecuencia, podemos hablar de: 

  • Consumo colaborativo: a través de plataformas digitales, los usuarios intercambian bienes y servicios. Existe una amplia variedad de productos a los que podemos acceder a cambio de dinero o realizando un trueque.
  • Conocimiento abierto: son plataformas en las que, sin ánimo de lucro, se difunde conocimiento. Esta información no está sujeta a derechos de autor, por lo que cualquier persona que lo desee puede acceder a ella cuando lo necesite.
  • Producción colaborativa: son espacios virtuales o físicos donde se interactúa para ayudar en la gestión de proyectos, productos y servicios.  Varias personas trabajan juntas para poner en marcha esa producción. Este tipo de economía colaborativa suele aplicarse en ámbitos profesionales como el diseño o la ingeniería.
  • Finanzas colaborativas: son sistemas de crédito como préstamos, ahorros, donaciones, microcréditos y financiación colectiva como el crowdfunding. En el caso del crowdfunding, una iniciativa sale a la luz gracias a las aportaciones económicas de otras personas. Suele usarse en proyectos musicales, artísticos, culturales, etc.

Sectores de economía colaborativa

La digitalización ha impulsado el crecimiento global de este tipo de negocios de economía colaborativa en diferentes sectores. Algunos de los más destacados son: 

  • Alojamiento: hay páginas que permiten el intercambio de casas entre particulares de cualquier país. Otras plataformas actúan como intermediarias entre huéspedes y propietarios de apartamentos turísticos. 
  • Transporte: existen aplicaciones que ponen en contacto a conductores y pasajeros para que viajen juntos. 
  • Segunda mano: han aparecido numerosas aplicaciones que se dedican a la venta de objetos de segunda mano como ropa, libros de texto, electrodomésticos y casi cualquier cosa que tengamos en casa y a la que ya no le demos uso. 
  • Restauración: para evitar el desperdicio de comida, bares, supermercados y tiendas de alimentación ofertan packs con aquellos productos que no han sido vendidos y que de no consumirse tienen que ser desechados. 

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Beneficios de la economía colaborativa

La economía colaborativa ha llegado para revolucionar el mercado actual, ofreciendo una forma diferente de hacer negocios, viajar o movernos por la ciudad. Estos cambios nos aportan beneficios como consumidores y, además, ayudan a nuestro planeta. 

Las principales ventajas sociales del uso de la economía colaborativa son:

  • Mayor oferta: los bienes y servicios de particulares se ofrecen en el mercado, incrementando las opciones que uno tiene a la hora de viajar o adquirir productos muy variados (electrodomésticos, ropa, bicicletas, etc.).
  • Ahorro: los productos que encontramos en los negocios de consumo colaborativo suelen tener un precio inferior al habitual. Otro de los beneficios es que no solo podemos adquirir esos artículos con dinero; en algunos casos, podemos hacer un trueque con otros objetos que no necesitemos. 
  • Sostenibilidad: con este tipo de intercambio entre consumidores incrementamos la vida útil de los productos que compramos, ya que se reutilizan, y evitamos la fabricación de productos nuevos.
  • Cuidado del medioambiente: podemos lograrlo no solo optando por servicios como el transporte colaborativo, sino también dándole una segunda vida útil a los productos, con el fin de evitar la sobreproducción y aprovechar de manera eficiente los recursos limitados. 

Si quieres saber más sobre economía colaborativa y lo que nos aporta, visita este contenido de Finanzas para Mortales.

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