Trabajar mientras recorren el mundo es la elección por la que han apostado algunos profesionales en los últimos años, aprovechando todas las ventajas de la digitalización. Sin embargo, no solo deben pensar en su próximo destino, sino también considerar el estado de su economía personal antes de lanzarse a la aventura. 

Hace meses, Carlos escuchó a uno de sus amigos hablar sobre los nómadas digitales. El tema le llamó tanto la atención que empezó a buscar más información al respecto. Tras consultar un gran número de artículos y noticias en Internet, descubrió que se trata de profesionales que aprovechan las herramientas digitales para hacer su trabajo desde diferentes partes del mundo y que el auge de este modelo laboral es tal, que se han popularizado términos como ‘traviajar’, es decir, trabajar mientras se viaja.

También entendió que ser nómada digital significa aprovechar instalaciones como los coworking, los Work Café o cualquier otro tipo de espacios adaptados para realizar sus tareas y que ofrecen, además de conexión a Internet, todas las facilidades y comodidades para teletrabajar o trabajar de forma remota durante sus viajes.

Saber que tenía la posibilidad de visitar ciudades y países que siempre había querido conocer, al mismo tiempo que seguía trabajando, hizo que Carlos se interesara por convertirse, también, en un nómada digital. Y para lograrlo, preparó una lista con todos los aspectos para tener en cuenta y entre los que destacaban aquellos orientados a cuidar su salud financiera, pues antes de poner en marcha ese estilo de trabajo -y de vida-, necesitaba asegurarse de que su economía personal estaba en las condiciones adecuadas.

¿Cómo obtiene ingresos un nómada digital?

Para Carlos, es necesario saber de dónde van a provenir los recursos económicos que necesitará para costear todos los gastos de los viajes que haga mientras trabaja desde distintos lugares del mundo y que veremos más adelante. Por norma general, lo ideal es que el salario que reciba por la actividad profesional sea la fuente principal de sus ingresos, ya sea como empleado de una empresa o como autónomo.

Aunque con la revolución de Internet existen muchas alternativas para desempeñar nuestro trabajo sin acudir presencialmente a la oficina, no todos los sectores ni profesiones se pueden desarrollar a distancia. Además, hay empresas que, pudiendo realizar su actividad en remoto, no contemplan esta posibilidad. Por ello, es importante asegurarse de que la actividad que se quiere llevar a cabo admite esta forma de trabajo. Diseño gráfico, desarrollo web, programación, edición de video, traducción o administración de tiendas online, entre muchas otras, son algunas de las profesiones más populares en el mundo de los nómadas digitales.

En el caso de Carlos, por ejemplo, su trabajo de community manager (gestor de comunidades virtuales) en una startup no requiere de su presencia física en una oficina, y con el sueldo que recibe puede pagar sus gastos y, además, ha logrado ahorrar una cantidad de dinero extra por si se le presenta algún imprevisto.

¿Qué gastos tienen los nómadas digitales?

Tan importante como garantizar los ingresos necesarios es tener controlados los gastos que genera este estilo de trabajo, y de vida. Entre los principales a tener en cuenta están el coste de los desplazamientos (billetes de avión, tren, bus o alquiler de autocaravana, entre otras opciones), el alojamiento (hoteles, apartamentos turísticos, alquiler de habitaciones o casas a través de plataformas de economía colaborativa…), la alimentación y los demás gastos personales. Además, es necesario asegurarse también de contar con los elementos indispensables para trabajar en condiciones desde el destino, como una buena conexión a Internet. 

Otro aspecto a considerar es el coste de vida y el valor de la divisa en el lugar al que se quiere viajar. Si se trata de otro país o región, puede suceder que con el dinero que se gana por el trabajo no sea posible comprar las mismas cosas que en el lugar de origen, si se da el caso de que el coste de vida es más alto o si se recibe el salario en una moneda que valga menos. Aunque también puede suceder lo contrario y que el poder adquisitivo sea mayor. En todo caso, los nómadas digitales tienen en cuenta este tipo de aspectos a la hora de decidir sus destinos.

En relación con ello, generalmente estos profesionales aprovechan las herramientas de la banca digital para gestionar su dinero, elaborar presupuestos, etc., así como las tarjetas bancarias o monederos electrónicos para comprar y llevar el control de los gastos. 

Como hemos visto, la gestión de los ingresos y los gastos es un factor que marca la diferencia. Por ello, Tu Futuro Próximo, el blog de Santander Consumer España, ha preparado este contenido sobre otras herramientas para tus finanzas que puede resultarte de mucha utilidad.

¿Qué impuestos deben pagar los nómadas digitales?

Debido a este nuevo paradigma de trabajo, en países como Estados Unidos el número de nómadas digitales pasó de 7.3 millones en 2019 a 10.9 millones en 2020, según un estudio realizado por la consultora MBO. Además, otros destinos como España, Portugal o Reino Unido también se han popularizado entre este colectivo. Por eso, a la hora de decidir un país u otro es conveniente conocer su legislación en materia tributaria, así como los requisitos para obtener un posible visado, seguro de salud específico o saber cuánto es el tiempo de permanencia en cada uno.

Aunque depende de cada normativa, es común que los países consideren como residente fiscal a una persona que permanece más de 183 días (más de la mitad de un año) en su territorio de forma ininterrumpida. En esos casos, podrían estar obligados a pagar impuestos como el de la renta, en el caso de España, por ejemplo. También se podría dar el caso de tener que abonar una tasa por concepto de no residente.

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