Última actualización: 14/02/2023
En la vida real, nuestros gustos, preferencias, personalidad, comportamiento, rasgos físicos, etc. marcan quiénes somos. Ese perfil personal también se va creando en el mundo virtual y lo conocemos como identidad digital.
La identidad digital es el conjunto de información que sumado proyecta una imagen o reputación acerca de nosotros en Internet. Está conformada, en gran parte, por nuestra huella digital y de aquellos datos que constantemente generamos de forma consciente o inconsciente: nuestra dirección de correo electrónico o la fecha de nacimiento que incluimos en un formulario, pasando por nuestros datos bancarios, hasta nuestros hábitos de compra en los comercios electrónicos.
Sin embargo, la identidad digital va un paso más allá de esta fase relacionada a nuestro comportamiento en la red, debe también validar que realmente somos quienes decimos ser. Para esta autenticación, hay distintos métodos que van desde las clásicas contraseñas, que debemos conocer solo nosotros, a la biometría, con funcionalidades como el reconocimiento facial o de huellas dactilares.
¿Qué hacer si suplantan tu identidad digital?
Los perfiles falsos en redes sociales se han disparado en los últimos años. No solo empresas o personajes famosos son víctimas de las cuentas falsas. Los ciberdelincuentes pueden suplantar la identidad a cualquier persona a partir de algo tan sencillo como la información personal que ha publicado en Internet. Por eso, además de tomar una serie de precauciones como las que te contamos en este artículo, es importante que, si observas que han suplantado tu identidad, reúnas todas las evidencias en torno al perfil falso y reportes el caso a la red social para que procedan a eliminar el perfil. Además, es esencial que, si se está cometiendo algún delito en tu nombre, lo denuncies ante la autoridad competente.
La identidad digital en nuestro día a día
Pongamos el ejemplo de Laura, una joven estudiante a la que le apasiona el deporte y compartir tiempo con sus amigos. Cuando se levanta, lo primero que hace es darse una ducha y vestirse, mientras escucha sus canciones favoritas en una lista de reproducción personalizada dentro de una aplicación online de música. Más tarde, coge la comida que preparó la noche anterior -una receta que, buceando por Internet, le llamó la atención- y sale al trabajo con cierta prisa, ya que la aplicación de transporte público le notifica en su reloj inteligente que el próximo autobús pasará en 8 minutos.
Después de su jornada laboral, Laura va al gimnasio: para acceder, simplemente tiene que pasar el código QR que tiene en su móvil y ya puede realizar la tabla de ejercicios que, su entrenador personal, le envía cada día a través del correo electrónico.
Sin embargo, hoy la finaliza antes de tiempo, ya que después ha quedado con Javier y María en un nuevo restaurante que han abierto cerca de su casa y que descubrieron a través de las redes sociales.
Después de pasar un buen rato, María paga el importe de las consumiciones gracias a la tarjeta virtual que tiene en su monedero electrónico. Javier y Laura le harán un pago instantáneo con la cantidad que les corresponde. Para ello, seleccionará en su teléfono móvil un método de envío de dinero como Bizum, CoDi o Paym, en función de los disponibles en su geografía y entidad; y confirmar la operación. En este caso, ambos usan la huella biométrica.
La biometría cobra cada vez más importancia dadas las crecientes amenazas a las que se ven expuestos los usuarios. Los ciberdelincuentes, entre otros objetivos, buscan suplantar la identidad de los usuarios para fines ilícitos. Por eso, organizaciones públicas y privadas, como las instituciones bancarias, centran sus esfuerzos en proteger sus sistemas, clientes y empleados de la mejor manera posible.
Existen muchas amenazas a las que nos vemos expuestos diariamente que pueden poner en peligro nuestra identidad digital. Para minimizar estos riesgos existen una serie de recomendaciones que abarcan desde lo que compartimos en redes sociales hasta mantener el sistema operativo de nuestros dispositivos siempre actualizado. Estas pautas de seguridad online pueden ayudarnos a estar más protegidos en nuestra vida digital.
Accede siempre a direcciones cuya dirección comience por “https” y, si necesitas registrarte en ellas, usa contraseñas robustas y únicas.
Asegúrate de que lo que compartes en Internet, por ejemplo, en tus redes sociales, no contenga información personal o sensible. También puedes revisar los ajustes de privacidad y seguridad de tus perfiles o cuentas.
Sospecha de correos, SMS o mensajes inesperados que te presionan para que realices alguna acción (hacer clic, descargar algo o proporcionar información confidencial.)
Crea passphrases, contraseñas con tres o más palabras para hacer tus claves más robustas. Recuerda nunca compartirlas con nadie.
Notificar a una organización sobre una posible suplantación de identidad permite a su equipo de ciberseguridad adoptar, de forma más temprana, las medidas necesarias para contener el ataque o prevenir que suceda.