Cuidar el planeta, comprar  alimentos en el pequeño comercio que está ubicado cerca de nuestro domicilio… El apoyo a las causas sociales y medioambientales que más preocupan en la actualidad ha encontrado en la economía consciente una potente aliada. A continuación, descubrimos en qué consiste este término que va adquiriendo popularidad.

La economía consciente es un concepto que está ganando peso en la vida de cada vez más consumidores. Más que una tipología rígida sobre la forma en la que tenemos de conseguir y gestionar nuestras finanzas, alude a la relación que tenemos con nuestro dinero y con las personas con las que interactuamos en las transacciones monetarias. Para entender su definición, vamos a poner un ejemplo.

Julio es un experimentado profesional del sector de las telecomunicaciones que, en sus vacaciones, ha decidido irse de viaje por el norte de Europa y ver uno de los escenarios que más deseaba conocer: los glaciares árticos. Esta experiencia le ha marcado, ya que ha podido ver los efectos devastadores que tiene el cambio climático sobre el planeta y ser más consciente de la urgente necesidad de respuesta por parte de todos. También ha tenido la oportunidad de recorrer y disfrutar de las pequeñas tiendas locales que dan vida a los pueblos que ha visitado.

Todo ello le ha llevado a conocer la “economía consciente” y a cambiar pequeños aspectos en su rutina que han logrado que esta se acerque mucho más a su filosofía de vida y valores. Ahora acude al pequeño mercado que tiene a un par de calles de su casa de manera más frecuente porque ha descubierto que si no realiza compras grandes, evita que algunos productos se caduquen, pero sobre todo algo más importante: ha podido conocer a Guillermo, un pescadero que, desde que abrió su tienda hace más de dos décadas, trabaja con su mejor sonrisa cada día y enseña a su hija María todas las claves del oficio.

Esta situación ha hecho que Julio recuerde que el dinero es una parte del trabajo, pero el bienestar, la confianza y el respeto son aspectos fundamentales e igual de importantes que la retribución económica en una empresa. Por eso, ha cambiado la forma en la que gestiona su equipo, buscando lograr una mayor participación y sentimiento de pertenencia. 

Otro de los aspectos que ha modificado desde su viaje al norte del viejo continente es el gasto que realiza en fechas señaladas como el Black Friday. Movido por el sesgo del presente y el atractivo de los precios en rebajas, antes adquiría productos que no tenía previstos y que más tarde no utilizaba, como prendas de vestir o artículos de tecnología. En su lugar, ahora prefiere evitar compras innecesarias y elegir productos y servicios cuyos procesos y valores se asemejen a los suyos personales: la reducción de la huella de carbono, el reciclaje, etc. 

¿Qué tendencias engloba la economía consciente?

Aunque como hemos señalado al principio, el concepto de la economía consciente tiene un significado muy amplio, hay algunas tendencias que se incluyen dentro de ella y están generando grandes cambios en el modelo de consumo de muchas personas. Veamos, a continuación, las más significativas: 

  • Economía colaborativa: es un modelo de intercambio que favorece la reutilización de productos, por ejemplo, a través de plataformas de segunda mano, y la compartición de servicios, donde encontramos, entre otros, el transporte para realizar un determinado viaje. Esta tipología permite, entre otros beneficios, abaratar los costes de las compraventas.
    Si quieres saber más sobre la economía colaborativa, puedes hacerlo leyendo este artículo de Tu Futuro Próximo, el blog de Santander Consumer España.
  • Economía circular: consiste en una forma de producción y consumo a través de la cual las personas comparten, reparan, reciclan o renuevan productos, aumentando su vida útil. Entre las ventajas más destacadas, se encuentra la disminución de la explotación de materias primas y recursos como el agua, un bien escaso al que, según Naciones Unidas, 2.200 millones de personas no tienen acceso en términos de potabilidad.
  • Consumo responsable: es el uso comprometido que las personas hacen de los bienes y servicios con el fin de cubrir sus necesidades respetando la sociedad y el entorno que les rodea.
  • Bioeconomía: es un término que surgió para designar la manera en la que los recursos biológicos y los conocimientos sobre ellos se gestionan para desarrollar bienes y servicios dentro de distintos sectores. En ella, la biomasa cobra un papel protagonista, ya que alude a toda materia orgánica –por ejemplo, la madera- que se usa para obtener energía renovable. El propósito de esta visión responsable, como el resto de casos, es contribuir a una economía sostenible.

¿Cuál es la diferencia entre sostenible y sustentable?

En ocasiones podemos confundir estos dos términos que están tan presentes en nuestro día a día. Aunque guardan algunas similitudes, hay aspectos que los diferencian. Cuando hablamos del desarrollo sostenible, nos referimos a los procedimientos responsables a través de los que se cubren las necesidades sociales y económicas de la población no solo presente, sino futura. Por tanto, en él confluyen la sociedad, el medioambiente y la economía.  

Por otro lado, el desarrollo sustentable está orientado a la preservación de recursos naturales con el fin de cuidar un entorno que puedan disfrutar las generaciones presentes y próximas. En consecuencia, centra el foco de atención en la concienciación y preocupación medioambiental, desplazando otros criterios como los culturales o sociales.

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