Uno de los objetivos de las instituciones, empresas y organizaciones es poner fin a la exclusión social, es decir, acabar con esas desigualdades que existen entre grupos de personas y que no les permiten desarrollarse personal, social y económicamente.


La exclusión social está a la orden del día en el planeta. La pobreza, la desigualdad, la vulnerabilidad y la marginación son factores que se encuentran inmersos en la exclusión social y que deben desaparecer para crear un mundo más justo y sostenible.

En la misma línea, la inaccesibilidad a los recursos financieros básicos es uno de los problemas capitales que se deben solucionar. Según el Banco Mundial, el 32% de los adultos a escala global no cuenta con acceso a los servicios bancarios elementales. En el caso de centrarse en adultos con sueldos bajos y mujeres, esta cifra aumenta.

Con estos datos, está claro que el empoderamiento financiero es esencial para acabar con la pobreza y prosperar, algo que tiene como consecuencia directa la consecución de la inclusión social y una mejora en la calidad de vida de las personas.

Dos factores claves: inclusión social y empoderamiento financiero

El desarrollo de la sociedad es imposible sin la prosperidad económica. Por tanto, en otras palabras, la inclusión social no puede existir sin la financiera, que funciona como un motor que estimula las economías familiares y empresariales.

Por ello, el papel de la banca es tremendamente importante en este campo. Primero, como facilitador del acceso a los productos y servicios financieros básicos y de calidad; segundo, ajustando la oferta a las posibilidades de las personas más vulnerables; y, tercero, impulsando educarlas financieramente para que sepan cómo gestionar sus recursos.

Sin embargo, a pesar de que el sector bancario trabaja duro para reducir esta brecha social y económica, queda mucho trabajo por hacer, sobre todo, teniendo en cuenta que tres de cada diez personas continúan sin tener acceso a estos productos. Esto es, casi 1.700 millones de adultos están desbancarizados, de los cuales 230 trabajan en el sector privado y cobran en metálico. Además, aunque 1,1 millones de ellos cuenta con teléfono móvil, solo el 25% cuentan con acceso a Internet.

Oriente Medio África son los lugares donde su población está más desbancarizada, con un 57%, seguidos por Sudamérica y el Caribe, con un 40%, Europa Asia Central, con un 35%, Asia del Sur, con un 30%, y la zona del Pacífico Asia del Este, con un 29%.

El papel de la banca

Los bancos son totalmente conscientes del rol que deben asumir como agente social y facilitador. Sabedor de ello, Banco Santander mantiene su firme apuesta por adoptar un papel activo en la inclusión social con el pensamiento de que sus acciones son vitales para que aquellas comunidades más vulnerables puedan acceder a los servicios financieros básicos. Así lo ha manifestado la presidenta de la entidad, Ana Botín, en varias ocasiones: “la progresión económica y la progresión social van de la mano”.

Santander Ayuda es uno de los programas de la entidad que más apuesta por la inclusión social

Banco Santander dirige su actividad a aquellas zonas donde puede tener un mayor impacto a la hora de ayudar a las personas y empresas. Su influencia hace que cuente con la capacidad de asegurar un crecimiento inclusivo y sostenible, siempre centrándose en tres puntos muy concretos para llevar a cabo su plan de acción:

  1. Conseguir que la población de la zona en la que opera acceda a los servicios financieros básicos.
  2. Ofertar una serie de productos y servicios que apoyen y contribuyan al crecimiento de la economía de las personas con pocos ingresos, familias con complicaciones económicas y los grupos más vulnerables.
  3. Desarrollar programas e iniciativas que promuevan la educación financiera de la población para que aprendan a tomar decisiones financieras más acertadas.

A través de estos tres puntos, Banco Santander se ha propuesto empoderar financieramente a 10 millones de personas en todo el mundo de aquí a 2025.

Santander Ayuda es uno de los programas de la entidad que más apuesta por la inclusión social. A través de él, el banco apoya con 400.000 euros al año a un total de 80 proyectos sociales en España. Santander Ayuda nació en 2015 para colaborar con ONG nacionales que tienen el objetivo de mejorar la calidad de vida de los grupos más vulnerables o en riesgo de exclusión.

Otra de sus iniciativas importantes es Prospera, de Santander Brasil. Gracias a este programa, pequeñas empresas brasileñas tienen la oportunidad de desarrollarse, progresar y mejorar, siempre desde la perspectiva emprendedora. De hecho, ya se ha ayudado a más de 500.000 emprendedores en 600 municipios del país.

En la misma línea, el programa Tuiio triunfa en México, donde ofrece productos financieros especiales para aquellos que no tienen acceso a los servicios básicos; y también destaca Superdigital, una aplicación móvil que permite realizar transacciones básicas sin necesidad de tener una cuenta bancaria. Esta plataforma la utilizan ya más de 500.000 personas en Brasil, México y Chile.