Nos han abierto todo un mundo de posibilidades. Podemos encontrarlas en cualquier lugar. Las redes WiFi ya forman parte de nuestra vida.
Tiendas, aeropuertos, librerías, centros comerciales, trenes, tiendas, bares… no hay lugar que escape a la conectividad universal que nos facilitan. Por eso, se trata de la primera pregunta que hacemos cuando llegamos a un hotel, restaurante o establecimiento: “¿Hay Wifi?”.
Pero, ¿sabemos realmente hacer un uso correcto de ellas? ¿Somos conscientes de que pueden entrañar ciertos riesgos si no tomamos las precauciones adecuadas? Porque a pesar de que nos han facilitado, y mucho, la vida, no siempre son las más seguras. Existe la posibilidad de que podamos exponernos con demasiada facilidad ante los ciberdelincuentes que campan a sus anchas por el universo digital. Sin embargo, que no cunda el pánico, haciendo uso responsable de ellas nos traerá más beneficios que desventajas.
Específicamente, una red WiFi es el canal de acceso a Internet por el que circulan los datos entre los dispositivos conectados y la red. En casa tenemos la ventaja de haber presenciado el proceso de instalación, conocer el operador del servicio y, en casos, hasta personalizar su configuración. Tener el control sobre la accesibilidad de tu propia red reduce los riesgos de vulnerabilidades en tu equipo y exposición de tu información privada.
Por eso, es importante conocer algunos de los usos que los ciberdelincuentes pueden hacer una vez acceden a una red WiFi. Todo ello, con el objetivo de navegar por ellas con precaución:
Entonces, ¿cómo podemos protegernos?
Para Juan Corro, director académico del área de ingeniería del Centro Universitario U-tad, donde se imparte el Máster Indra en Ciberseguridad, “la falta de buenos hábitos o higiene digital por parte de los ciudadanos hace que sean más susceptibles de recibir ataques”.
Por eso, como en todos los aspectos de nuestra vida, lo más importante es el sentido común. Es decir, si algo te resulta extraño no te conectes. Antes de hacer uso de cualquier red WiFi pública, debemos asegurarnos de verificar con los responsables del lugar que la red a la que intentamos acceder es la auténtica.
Y es que para un cibercriminal no es muy complicado crear una red falsa, darle un nombre similar a las redes más demandadas y engañar a quien accede a ella. De ahí que no sea extraño que podamos entrar en esa red sin darnos cuenta y que puedan robarnos información personal. Además, estas redes no encriptan la información que desde los dispositivos enviamos a Internet lo que provoca mayor vulnerabilidad.
Estas son algunas pequeñas recomendaciones que nos pueden ayudar a hacer un uso más responsable de las redes WiFi públicas:
Tener en cuenta estas recomendaciones puede ser una forma muy sencilla de proteger nuestra vida digital cuando usamos una red WiFi. Así es que conectémonos con seguridad y disfrutemos, con cabeza, de las infinitas posibilidades que nos ofrece la tecnología.
Banco Santander ayuda a las personas a prosperar en su vida digital, como parte de su compromiso por hacer banca responsable.