La ONG argentina “Juntando Sonrisas” se centra en la satisfacción de las necesidades básicas de los más pequeños para lograr el desarrollo humano
Guillermo Robles tiene una visión del progreso estrechamente ligada a la igualdad. Abogado, emprendedor social y fundador de la ONG “Juntando Sonrisas“, habla con rotundidad de la responsabilidad que tenemos todos para con las clases más vulnerables en un mundo cada vez más tecnológico y globalizado. Especialmente atento a la educación de los más desfavorecidos, Robles defiende la necesidad de que la gran masa social joven de los países emergentes sea capaz de aportar conocimiento e innovación a nuestras comunidades. Se opone, por tanto, al hecho de que tan solo una minoría acceda a los recursos educativos y tecnológicos necesarios para ello.
Este joven de tan solo veinticinco años fue uno de los representantes argentinos durante el Congreso de Líderes Iberoamericanos organizado por Banco Santander y la Fundación Carolina hace unas semanas. Entre otras cuestiones, y siempre argumentando sus posturas ante el resto de seleccionados, hizo hincapié en las desigualdades sociales existentes en su propio país, Argentina, extensibles en mayor o menormedida a toda América Latina.
En “Juntando Sonrisas”, Robles coopera con otros jóvenes para disminuir el efecto provocado por la pobreza entre los niños más desprotegidos de Argentina. “Basamos nuestra acción en tres pilares fundamentales capaces de promover el cambio social: pan, educación y trabajo”. Actualmente, casi 150 voluntarios están adscritos a su organización, y actúan sobre tres frentes de trabajo: los barrios de Villa Boedo y el Chaparral en la ciudad de Córdoba, y “Juntando Sonrisas Tránsito”,a 92 kilómetros de la Capital Provincial.
El motivo primordial de su organización es la satisfacciónde las necesidades básicas para el desarrollo humano. Ese mismo, de hecho, fue uno de los temas más tratados durante las jornadas, que entre otras muchas cosas y en una apretada agenda, permitieron a los jóvenes visitar instituciones públicas españolas y europeas. Además, el Congreso de Jóvenes Líderes Iberoamericanos brindó a los seleccionados la posibilidad de descubrir y conocer en profundidad diferentes proyectos políticos y sociales venidos de diferentes regiones de Latinoamérica, España y Portugal. “El cambio político debe ser algo tenido en cuenta por nuestra generación. Los problemas de hoy día necesitan soluciones nuevas, adecuadas a los tiempos”.
Pero si algo conforma la identidad de iniciativas como la de Robles es la apuesta por la educación. En su ONG saben que “la educación es el vector fundamental para promover la movilidad social”.Consciente de los privilegios que él mismo tuvo para formarse, pretende que los demás niños de su país no noten las carencias impuestas por su condición social, y que, de ese modo, puedan trabajar en el futuro en aquello que ellos elijan.
El trabajo, dicen, es el tercero de sus pilares. La herramienta de dignificación humana más importante y la fuente de sustento del hogar. En los centros de ”Juntando Sonrisas”se atiende a más de 500 niños y se da cobertura y apoyo a sus familias. Les brindan atención en el ámbito escolar, les ofrecen comedores comunitarios, y gestionan y promueventalleres de arte y actividades deportivas. “Pero no es suficiente, tenemos que llegar a más”. Detrás de cualquiera de ellos podría esconderse el inventor de un remedio contra una enfermedad, o el próximo líder internacional en la lucha contra el cambio climático. Pero ante todo, hay un niño que merece crecer sano, formado y feliz.
La creencia de que el lugar de nacimiento no debe determinar el futuro de los individuos fue uno de los temas más repetidos entre los jóvenes líderes que se reunieron en Madrid y que, con indiferencia de su lugar de origen, coincidían en la importancia del emprendimiento individual además del político a la hora de lograr transformar nuestras sociedades para alcanzar la igualdad entre los más pequeños.