Asociamos el verde con la esperanza o con el paso abierto en un semáforo. De hecho, los psicólogos se ponen de acuerdo para asegurar que la simple visión de este color, intermedio entre el amarillo y el azul, proporciona toneladas de serenidad. Pero, sobre todo, pensamos en verde y se nos abre un mundo lleno de naturaleza en nuestras cabezas.


Si hace solo un par de décadas, cuando empezábamos a apurar los primeros años del nuevo siglo, hubiéramos preguntado a alguien acerca de qué era el empleo verde, lo más seguro es que la respuesta obtenida no hubiera ido mucho más allá de un guardabosques o algo similar. Y no sería una mala opción, pero quedaría insuficiente a todas luces.

El empleo verde en la economía de sostenibilidad

Ese mismo encuestado de antes nos habría tomado por locos si, jugando a adivinos, le hubiéramos adelantado las siguientes cifras: 400.000 nuevos puestos de trabajo en Europa, más de 50.000 solo en España y casi 18 millones en todo el planeta. Esa es la estimación realizada por la Comisión Europa y simplemente en el caso de que se aplicara de manera real toda la legislación en materia de residuos que oficialmente ya está vigente.

En la actualidad, el empleo verde se consolida cada segundo que pasa como una magnífica oportunidad laboral. Así, a grandes rasgos, podríamos definirlo como aquel que tiene como objetivo absoluto algo tan grandilocuente como proteger el planeta. Y ¿cómo se puede conseguir esa meta tan loable? Pues, básicamente, disminuyendo el impacto que la propia acción humana, especialmente a través de las grandes compañías, provoca en el entorno natural.

Dentro de este sector, los terrenos más demandados son los que tienen que ver con la eficiencia energética, la gestión de residuos, la prevención de la contaminación y muchos otros de los que están englobados en aquello que conocemos como la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas. Agricultura ecológica, comunicación ambiental, turismo sostenible o ecodiseño son algunos de los más novedosos nichos que el empleo verde sitúa ya en un lugar preponderante del mercado de la oferta y de la demanda.

Programas y ayudas para el empleo verde

Programa empleaverde

Para lograr esta meta el Ministerio de Transición Ecológica, a través de la Fundación Biodiversidad y cofinanciada por el Fondo Social Europeo, acaba de publicar una nueva convocatoria de subvenciones del Programa empleaverde, que cuenta con 9,4 millones de euros para proyectos dirigidos a impulsar la transición. De esta cantidad, el 90% podrá utilizarse en los territorios protagonistas de la transición energética y, en particular, en las regiones del carbón.

Este año se han incluido nuevas materias sobre las que se hará especial hincapié como la gestión, mejora ambiental y eco-innovación en la industria o empresa, la reconversión industrial a actividades ambientalmente sostenibles y la lucha contra el despoblamiento en zonas rurales.

El Programa empleaverde tiene previsto destinar 67 millones de euros hasta el año 2023, de los cuales, más de 10 millones irán destinados a impulsar la economía azul. Así, se pretende crear 600 empleos y apoyar a 400 empresas, así como formar a más de 3.200 personas en sectores vinculados al mar.

Este programa público estatal ha cofinanciado hasta la fecha 339 proyectos, ha colaborado con 500 organizaciones y ha apoyado a 1.300.000 destinatarios, creando 2.600 empresas y líneas de negocio en sectores económicos vinculados al medioambiente. Unas cifras que se incrementarán, ya que hasta el 2022 se publicarán convocatorias anuales. En total, está previsto apoyar a más de 50.000 personas y a 3.000 empresas durante este periodo.

Banco Santander, el primero del mundo en financiación verde

El terreno del desarrollo sostenible no es en absoluto lejano a Banco Santander, sino más bien todo lo contrario. La entidad fue el primer banco del mundo por número de operaciones de financiación verde en 2018 y segundo por volumen, según el ranking elaborado por Dealogic.

Y mucho tendrá que cambiar el asunto este año para no repetir, si no mejorar, honores porque en este 2019 el banco ha participado, a través de Santander Corporate and Investment Banking (SCIB), en operaciones como la financiación verde de Forestalia (para la construcción de diez parques eólicos en Aragón) y Ence Energía (para la adquisición de una planta termosolar en Puertollano).

También corresponden a este año la emisión de los primeros bonos verde del ICO y Telefónica, y diversas financiaciones ligadas al desempeño de la sostenibilidad de otras grandes compañías como Acciona, Gestamp, Iberdrola y Meliá.

El compromiso de Banco Santander con la sociedad y la lucha contra el cambio climático se ve, asimismo, reflejado en el reciente anuncio realizado por el Grupo para eliminar todos los plásticos de un solo uso en todos sus edificios en el mundo antes de 2021. Además, el objetivo es conseguir que el 60% de la electricidad consumida sea renovable, con el fin de alcanzar el 100% en 2025 en todos aquellos países donde sea posible certificar el origen de la energía.

Programa Natura

En todo caso, Banco Santander no se queda solo en proyectos de futuro, sino que refuerza su compromiso con la sociedad y el medioambiente a través de su programa Natura. En el último año, más de 450 voluntarios, entre empleados, prejubilados y jubilados, junto con sus familias y clientes, han recogido más de una tonelada de residuos, basura y plásticos de diferentes costas gallegas y de la ribera del Guadiana. Todo ello con la imagen principal de una embajadora de lujo, la nadadora Mireia Belmonte. El siguiente objetivo es que Natura llegue a muchas otras zonas del país.

Emprendimiento en el sector verde

Con esta relevancia absoluta del desarrollo sostenible abundan los jóvenes emprendedores que ponen todas sus ilusiones en crear empleos verdes con buenas ideas y eficientes planes de empresa. Ese número aumenta cada día y no va a parar. Entre las start-ups españolas con ecoideas más sobresalientes destacan algunas como:

  • Ecoalf, una empresa de moda sostenible cuyo modelo de negocio se basa en fabricar prendas de alta calidad y diseño utilizando materiales reciclados.
  • Goyti, que diseña y construye vehículos eléctricos hechos de materiales renovables como bambú, madera, cáñamo o lino.
  • Sheedo es el proyecto de cuatro emprendedores que decidieron revolucionar la industria papelera y que para ello consiguieron sustituir la celulosa por el algodón residual, las máquinas por las personas y los elementos químicos por las semillas.
  • Navlandis es un proyecto radicado en Valencia que apuesta por la construcción y elaboración de contenedores marítimos plegables para ahorrar costes en el transporte cuando van vacíos.
  • Biomival o la apuesta por transformar los residuos plásticos y convertirlos en combustible bajo en azufre para la industria y la agricultura reduciendo emisiones hasta en un 20% menos.

Los diez empleos verdes más demandados

El último listado de los diez empleos verdes más demandados lo realizó la Fundación Eroski. Es antiguo, se publicó en 2012, y en cierta manera ha perdido vigencia, pero no viene mal para comprobar la velocidad de vértigo que ha tomado el sector en esta última década.

Aquel particular ranking estaba comandado por la agricultura y la ganadería ecológica, seguidas por la ingeniería ambiental, el control y la prevención de la contaminación, el ecodiseño, el ecoemprendimiento, las energías renovables, en particular la eólica y la hidroeléctrica, la rehabilitación de edificios, la Responsabilidad Social Corporativa y los servicios energéticos.

Es curioso comprobar cómo, con el paso del tiempo, algunos de estos empleos más demandados se han convertido en verdaderas salidas de emergencia para sectores terriblemente golpeados por la crisis. Así, por ejemplo, la rehabilitación de edificios y todo lo que ha estado relacionado con la certificación energética ha servido para paliar, aunque haya sido en una medida ligera, las terribles consecuencias que ha tenido para el sector de la construcción la crisis vivida desde 2007.

Formación en Ciencias Ambientales

Para optar a cumplir con cualquiera de las capacitaciones anteriormente expuestas lo ideal es apostar por la formación. Obviamente muchas de ellas requieren de un entorno de aprendizaje específico, pero en ninguna sobran nociones en formación ambiental. Los grados universitarios más demandados por las empresas en materia de desarrollo sostenible son, en primer lugar, Ciencias Ambientales, seguido por Biología, Ciencias del Mar, Ingeniería Forestal y Geología.

A nivel oficial y desde el Ministerio para la Transición Ecológica, la política verde del Gobierno español apuesta por fomentar actividades económicas sostenibles en todos los sectores, promoviendo la transición justa hacia una economía baja en carbono y circular, integrando la biodiversidad en la gestión y procesos empresariales y haciendo un uso más eficiente de los recursos naturales. Todo ello con el objetivo de constituir un motor de crecimiento económico sostenible y de progreso social o, dicho de otra manera, potenciar el emprendimiento en el sector verde.